Proyecto Kilela Balanda (República Democrática del Congo)

Este año nuestro proyecto, es la ejecución y puesta en marcha del Hospital de Kilela Balanda en la República Democrática del Congo, para ello necesitamos tu ayuda, únete a nosotros en esta iniciativa y haz feliz a unas personas que te necesitan. ¡Sé Solidario! Llámanos al teléfono +34987400466 o envíanos un e-mail a: bierzoayuda@movistar.es

miércoles, 26 de septiembre de 2012

3ª Entrega del viaje de Tino

21 de septiembre.

Hoy empieza el otoño. Pronto empezará la vendimia. Aquí también está cambiando la estación. El calor y las nubes van en aumento. Las ganas de ver llover hacen creer en  unas  lluvias muy cercanas, pero todavía se pueden hacer rogar. El atardecer siempre nos trae viento fresco.  La luna  está creciendo y con ella la luz en la tarde-noche.
Hoy han colocado la nueva cisterna del hospital y otra más pequeña en la casa donde vivimos. Quedan otras dos, una para cada internado. Dentro de un mes todos tendrán agua regalada desde el cielo, gratuita y en abundancia.
Como el médico hace las comidas con nosotros es una magnífica ocasión para hacer de la sobremesa una pequeña reunión de trabajo diaria. Paul es un chico meticuloso y cercano de la gente. Hoy propusieron enviar  a alguien a estudiar enfermería a Likasi. Yo sugerí que fuera una mujer. A media mañana me presentaron una chica de 20 años. Terminó el bachiller el año pasado y tiene el diploma que le permite acceder a estudios superiores.
Hoy pusimos en marcha uno de los paneles solares colocados encima del tejado de las salas de hospitalización. Desde hace varios años no ha dejado de producir corriente todos los días, mientras las salas permanecían en la penumbra a la luz de una vela, que además cuesta bastante dinero. 

 Fue al ir a hacer este trabajo cuando encontré una niña de nueve años con unas gravísimas quemaduras provocadas con agua hirviendo. Toda su parte derecha está quemada, desde la cara hasta la cintura. El médico no se explica cómo pudo ocurrir y tiene un montón de dudas. Delante de su madre la niña no dice ni una palabra, ni sonríe. Cuando entré en la sala me dijo que se había quemado, pero no me contestó cuando quise saber cómo. Luego entró la madre y ya no dijo nada más; ni su nombre. Le llevé un paquete de galletas de mantequilla y sus facciones son inmutables. De verdad muchos interrogantes,  porque no se puede explicar cómo se ha podido producir esa quemadura con agua hirviendo. Es de Kikuyo y la trajeron al hospital, una semana después del accidente, toda ella cubierta de pus. ¿Alguien se puede imaginar los sufrimientos de esa niña durante una semana?. Son esos casos ante los cuales la impotencia es total, unida a una profunda rabia
Celebramos el cumpleaños de Ildefonse y ha caído bien porque para comer había carne fresca de kashya, cerveza y un poco de chocolate negro. Para esta noche he preparado unas natillas; me quedaron un poco sueltas pero les puse unas galletas y seguro que estarán buenísimas. Al fin me atreví a cocinar sobre el brasero de carbón vegetal en esa cocina tan particular, que ya se está reformando: hoy ya han instalado un grifo para colocar un fregadero. Si el no tener nada puede tener algo de bueno, es el disfrute de lo poco que se va consiguiendo.
Kafrigel sigue aquí conmigo, afortunadamente para mí. Cuando os conté que pensaba ir a Dar es Salam yo mismo no estaba muy convencido de que lo hiciera y me dejara solo. Nos necesitamos mutuamente para trabajar y para convivir mientras estamos aquí. Sin su trabajo como contratista  hubiera sido difícil llegar hasta donde vamos llegando. 


22 de septiembre

Los amaneceres son opacos. Nada de los rojos fuertes  del mes de abril. Todo es gris. El disco del sol empieza a ser visible cuando ya ha ganado un poco de altura y se libera de la densa bruma que tapa el horizonte. La noche pasada ha hecho calor, algo poco habitual en Kilela  situada a 1.555 m sobre el nivel del mar en una altiplanicie expuesta a todos los vientos. El mes de septiembre siempre estaba excluido  de los planes de viaje, por la pesadez del cambio de estación, pero este año era muy conveniente hacerlo y ahora diría que necesario.

Cuando empieza a anochecer suelo sentarme en la veranda. A esa hora y al amanecer canta el kusala makena en uno de los árboles que rodean la casa. Tiene un canto embelesador. Ayer cuando estaba sentado vinieron dos de los 4  estudiantes que van  a la Universidad este año: dos chicas y dos chicos. Tres van al ISP. De ellos va a depender el futuro de la sección  pedagógica de la escuela secundaria de Kilela y en consecuencia la formación de los futuros docentes.  
La chica que  va a hacer enfermería se llama Susana. Una chica muy guapa de 19 años. Ayer me contó que es nieta de Sebastien Mumbombo, uno de nuestros colaboradores más fieles cuando trabajamos aquí. Era conocido como el único hombre que había vivido siempre con su única y primera mujer. La poligamia existe entre los Kaonde aunque no de manera generalizada.

La otra chica se llama Irene. Tiene 20 años y es hija de Omer y Antoinette. Antoinette es el ejemplo de madre que ha luchado por la liberación de sus hijas. En 2007 pidió ayuda para los estudios de sus tres hijas, diciéndome que nunca se casarían antes de terminar de estudiar. Contaba con el apoyo de su marido, otro colaborador  de la misión durante muchos años. Una de aquellas chicas se casó con un geólogo y viven en Nairobi donde trabajan para una empresa minera. La otra está casada y vive en Kakanda, no lejos de Likasi, donde ella es maestra y su marido trabaja en otra empresa minera. Está claro que la educación es el único camino para el desarrollo, para retrasar la edad del matrimonio y reducir el número de hijos por mujer.
Los dos chicos, Jules Kimamnko, y Peter Ntambo ya tienen 24 años y también han terminado el bachiller este año; la muerte de sus padres hace 6 años les obligó a dejar la secundaria para trabajar. Luego volvieron a la escuela gracias a un tío que les pagó los estudios. No son hermanos, ni de la familia, pero sus casos son similares. Las dos chicas han tenido ventaja sobre ellos, en un país en el que suele ocurrir lo contrario.
Ninguno de ellos ha dispuesto de libro alguno  para estudiar. Conviene recordar que hasta hace tres años tampoco los maestros disponían de los libros de las materias escolares a explicar a sus alumnos. Nunca han leído un libro. Así se va a la Universidad. No sería de extrañar que el primer curso les sea demasiado difícil.   
  
A todos hemos decidido enviarles a Lubumbashi porque es necesario hacerlo para ir preparando el futuro a medio plazo, ahora nos toca buscar con qué subvencionar sus becas.  La experiencia va diciendo que aquí es mejor adquirir un compromiso y después preguntarse como se va a financiar. Pensarlo antes puede llevar a ver más dificultades de las existentes. Hasta ahora la fórmula va dando resultado.

He ido a lavar la ropa a Maimba en el hermoso lavadero de la fuente de los japoneses. Tenía ganas de hacerlo. Da gusto mojarse los pantalones  hasta abajo con el agua que salta al meter la ropa debajo del chorro; bonita manera de refrescarse en este día sin viento alguno. Cuando llegué había dos mujeres jóvenes lavando. Una de ellas estaba dentro del pilón desnuda de cintura para arriba. Al verme se puso una blusa pero cinco minutos después volvía a lucir sus hermosos pechos. Algunos niños también estaban lavando o jugando con el agua.  A algunos de ellos daban ganas de meterles la cara en el pilón  para quitarles los mocos resecos. 

Ya empiezo la cuenta atrás. El tiempo me va a ser muy justo para completar lo previsto. Después de todo, ha sido positivo haber tenido que prolongar la estancia, tres días más de lo deseado en un principio, al no haber plazas en uno de los vuelos para el día en que pensaba volver. Tengo la suerte de sentirme mucho mejor que durante la estancia de abril-mayo. Todo va bien.
Todavía queda una larga semana por delante para volver hasta Maimba a lavar en el lavadero, por lo menos, otra vez. Kafrigel ha dicho que ira conmigo para hacer una foto porque esa imagen me va a ser muy útil en Europa.





 23 de septiembre

Se la veía venir desde hace tres días y para ser la primera no ha estado nada mal. Ya por la mañana al finalizar la misa, hacia las 10,30, había mucho calor dentro de la iglesia y fuera picaba el sol.  A las 15 ha empezado a tronar y ha caído la primera lluvia con el consiguiente estruendo sobre los tejados metálicos. El kisala makena se ha puesto loco cantando en el mango bajo la lluvia. La gente estará muy contenta porque mañana encontrará la tierra un poco más blanda para trabajarla. Viendo esta lluvia se comprende como es posible tener agua gratis durante muchos meses, si se dispone de depósitos para recogerla. Ese es ya el caso para todos los edificios que la necesitan.
A la salida de misa aprovechamos para hacernos  unas fotos con  Esperanza e Irene y sus padres. Luego fuimos hasta sus casas  e hicimos lo mismo con las tres hermanas de Esperanza. Fotos muy bonitas de la madre, muy joven, con sus cuatro hijas.  El nombre de esta chica puede ser simbólico ya que en ella ponemos la esperanza de tener una mujer diplomada en enfermería  que asegure el futuro en un lugar donde es muy difícil hacer venir  a alguien proveniente de la ciudad. No son pocos los diplomados de enfermería que en el Congo rural, en ausencia de médico, están capacitados para intervenir en partos imposibles, con totales garantías de éxito. Quizás alguien se lleve las manos a la cabeza pero la realidad de los pobres les obliga  algunas veces a jugarse todas las cartas a vida o muerte y…  triunfa la vida. Esta chica tiene algo de especial en su porte que la diferencia de las demás.

Ayer  en la veranda fue el turno de  Paulin, que ya tiene 43 años y seis hijos. En 1976 era un niño de 8 años;   recordaba el banco que había entonces y los plátanos que le dábamos. Es hijo de Jeremy el chofer de entonces. Su profesión actual es la de buscador de oro, una actividad presente en la zona desde 1988 cuando llegaron dos hombres de Kolwezi y preguntaron en la zona de Shamalenge donde estaba la cantera en la que  habían trabajado dos belgas en 1940.  Así empezó la extracción manual de oro en varios lugares de Kikuyo y Shamalenge que hoy ocupa a cientos de personas, muchos niños entre ellos.

En el pueblo de Nkunka, a 35km de aquí, el IRC ha construido hace tres años dos clases como las que construye en este momento  en Kilela, para reforzar la escuela secundaria, y nunca han sido utilizadas porque todos los niños del pueblo están buscando oro en la cantera.
“Un buen buscador como yo pude conseguir hasta 300 dólares al mes. Un gramo de oro se vende por 42 $ si se va a vender a Likasi; por la cantera pasa un sudafricano que solo paga 30”. “Al gobierno nosotros no le interesamos para nada; a quien protege es a las empresas que llegar para acabar de enterrarnos porque hace mucho tiempo que ya  estamos muertos”.

Para poder comparar hay que decir que un maestro cobra unos 60 al mes si se suman los 32 que le paga el Estado, (a quienes se lo paga) y lo que aportan los padres. El Dr. Paul Kasongo como todavía no está oficialmente registrado en el ministerio de la salud en Kinshasa, está saliendo por unos 120$ al mes con la prima de Bierzo Ayuda incluida. Uno se pregunta de donde puede sacar la motivación para atender los enfermos con la dedicación que lo hace.
Ayer era el día fijado para volver a ver si los brocales de los pozos estaban construidos: Dos habían terminado el trabajo y recibirán una polea con una cuerda para sacar el agua; otro todavía está profundizando su pozo y le hemos dado una semana más de plazo. El otro no ha hecho nada y le hemos dicho que nuestra promesa ya no tiene validez.

La lluvia ha refrescado el ambiente y los pájaros lo siguen celebrando entre las ramas todavía mojadas. La cercanía de las lluvias sin duda está provocando la vuelta de las aves migratorias presentes con sus cantos al empezar y terminar el día.  




Lunes 24de septiembre

Dulce amanecer el de hoy tras la lluvia de ayer. Comienza la última semana. Ya hemos decidido volver a Lubumbashi el sábado día 29. Saldremos bien antes de amanecer  para evitar el calor y aprovechar el día en Likasi visitando los centros de niños de la calle.
El camión se va de nuevo esta mañana para buscar más arena. Para quienes esperáis noticias mías es una suerte poder aprovechar estos viajes. Hace dos semanas que estoy aquí realmente aislado. La  radio de la archidiócesis que intercomunica todas las misiones del interior está en reparación en Lubumbashi desde hace un mes. La radio llega en onda corta tan difícilmente como allá por 1970. RFI es casi imposible oírla. La única asequible es la BBC radio.

Aquí os dejo hoy; es posible que hasta el regreso a Lubumbashi no haya otra oportunidad de comunicarme con vosotros.

A todos gracias y un abrazo
Tino




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