Proyecto Kilela Balanda (República Democrática del Congo)

Este año nuestro proyecto, es la ejecución y puesta en marcha del Hospital de Kilela Balanda en la República Democrática del Congo, para ello necesitamos tu ayuda, únete a nosotros en esta iniciativa y haz feliz a unas personas que te necesitan. ¡Sé Solidario! Llámanos al teléfono +34987400466 o envíanos un e-mail a: bierzoayuda@movistar.es

jueves, 26 de septiembre de 2013

Diario día 24 de Junio - 2ª Entrega

24 de junio
Llegamos al Congo con la luna llena que vemos subir después de cenar  sobre los mangos en flor. Decir los mangos en flor es mucho decir porque están cubiertos de una espesa capa de polvo rojizo que no se quitarán de encima hasta las primeras lluvias a finales de septiembre o comienzos de octubre. La luna   palidece detrás del polvo en suspensión que flota en el aire de toda la ciudad y que se hace más visible a estas horas de la tarde-noche a la luz de las escasas farolas de la calle.
Hoy ha sido nuestro primer día completo  en Lubumbashi. Ha estado lleno de sorpresas y emociones. Ayer ya habíamos quedado con nuestro amigo el Dr. Swana para visitar el Hospital General de referencia de Lubumbashi. A las 9 teníamos cita en la Procura con él, pero su trabajo no le permitió llegar hasta las 10. Aprovechamos ese tiempo para tomarle el pulso al corazón de la ciudad dando una vuelta por la plaza Tshombe en el centro de Lubumbashi.

 
Nos acompaña Kafrigel lo que nos permite hacer algunas fotos sin problemas. En principio no está bien visto que los extranjeros hagamos fotos por la ciudad y cualquier policía caprichoso, o necesitado de un dinero extra, podría intentar quedarse con la cámara por haberla utilizado en la calle.
La Procura se encuentra al lado de la catedral, en pleno centro de Lubumbashi. Aprovechamos para saludar a todos nuestros viejos amigos que trabajan en este lugar en el que también se administra nuestra cuenta del Hospital de Kilela.
 
 
A la hora convenida nos dirigimos a la Dirección provincial de la Salud para buscar al médico acompañante que guiará nuestra visita al hospital. Podemos hacerlo porque  Swana ha conseguido un permiso especial sin el cual no sería posible entrar.
El hospital Sendwe,  en el momento de la independencia   en 1960, era uno de los mejores hospitales de África.
 
 
 
La turbulenta historia del Congo le ha convertido en un hospital sin medios, de paredes y pisos desconchados y en algunos lugares olores difícilmente soportables.  Sendwe es un fiel reflejo  de la historia de un país en el que el Estado ha dejado de existir durante varios años y que sigue encontrando demasiadas dificultades para poder ofrecer a sus ciudadanos   los servicios básicos que cualquier estado debe poder garantizar: Educación, sanidad, seguridad y justicia. Tiene una capacidad teórica para 1.200 camas aunque en realidad solo hay unas 250 operativas. Un edifico de 4 plantas,  en el que los ascensores han dejado de funcionar hace muchos años y en el  que todos los servicios son deficientes: el      personal, la farmacia, las salas de hospitalización, el laboratorio, la limpieza,  todo   deja mucho que desear. Es difícil definir lo que se siente  y uno se revuelve contra lo que ve;  en varios momentos  se desea dar por terminada la visita. La terminamos en el despacho del Director que no parece muy contento de que nuestra visita haya sido autorizada.  Después de todo hay que admirarle  a él y a todo el personal que desarrolla su profesión en esas circunstancias con tan pocos medios.
Si se quiere ser objetivo no se pueden aplicar los mismos  parámetros de valoración a la hora de compararlo con nuestro sistema sanitario. Establecer esas comparaciones no es lo más adecuado para llegar a comprender esta realidad. No es una pedantería decir que estamos en otro mundo, y no precisamente en el  que todos esperamos que sea posible.
 

Salimos de Sendwe y nos perdemos de nuevo en el caos circulatorio de esta ciudad en la que las reglas son poco útiles y que cualquier día puede quedar bloqueada.  Lo importante es tener precaución  y prever lo que otros pueden hacer.

Para cambiar un poco de ambiente y endulzar la visita de Sendwe, el Dr. Swana nos lleva a visitar una de las clínicas que la sociedad International SOS,  para la que él trabaja, tiene en Lubumbashi. El ambiente es diferente aunque aquí también es visible esa pátina inconfundible que todo tiene en el Congo.

En vez de volver a casa decidimos comer los tres  juntos en un hotel en el centro de la ciudad. Durante la comida tenemos tiempo y oportunidad de charlar largamente sobre Kilela Balanda, donde Swana comenzó su andadura como médico, cuando le encomendaron la reorganización de la Zona de Salud.

martes, 10 de septiembre de 2013

Carta de nuestra Presidenta y Diario día 23 Junio - (1ª Entrega)

Queridos  socios/as. 

Como presidenta de Bierzo Ayuda, quiero agradecer a todos nuestros socios y amigos simpatizantes su fidelidad y colaboración sobre el proyecto que estamos desarrollando en Kilela Balanda.

Quiero presentaros el diario que desde la lejanía donde fue escrito, nos hace acercarnos tanto, que casi os puedo decir que llegué a encontrarme en Kilela Balanda compartiendo la pobreza y la miseria en la que viven seres humanos. Tan humanos como nosotros y tan necesitados de nuestra ayuda.

Desde estas líneas, os invito a que dediquéis un ratito de vuestro tiempo libre para que leáis este diario con la mayor atención posible.

Está realizado desde el corazón por personas que han dedicado su tiempo y su cariño hacia los demás, sin importarles haber estado expuestos a enfermedades y a riesgos innecesarios

Un cariñoso saludo,

Loly Rodríguez
Presidenta de Bierzo Ayuda

 
 

DIARIO

Domingo 23 de junio

Aterrizamos en Addis Abeba a las 5,30 de la mañana. Es domingo y ya pesan las muchas horas desde que salimos ayer de ponferrada. Se nota el verde de  la época de lluvias, en esta tierra  reseca  donde las diferencias climáticas son muy profundas  y caprichosas. Addis Abeba se encuentra  a 2.300 m sobre el nivel del mar en el corazón del macizo Etíope  formado par una inmensa meseta que cubre casi todo el país con alturas entre los 1.500 y los 3.000 m.

A Etiopía todavía la tenemos asociada a las terribles imágenes de   la hambruna que  en 1980 provocó cerca de 1.000.000 de muertos,  cuando el país todavía no se había recuperado de la sequía anterior  al comienzo de la década de los 70  y que había ocasionado  otras 300.000 muertes en las provincias de Welo y Tigray que  precipitaron  la caída  en 1974 de Haile Selassie, aquel emperador de pacotilla que tan bien supo embaucar y seducir a gobiernos y mandatarios de los países más relevantes del mundo. El ocultó la hambruna, hasta que no pudo más, para mantener su prestigio. La historia terminó colocándole en su lugar.


El aeropuerto de Addis Abeba es un lugar de encuentro de todas las etnias africanas y del Oriente Medio.

La gran compañía aérea, Ethiopian Airlines,  cubre casi todo el continente. Se da la paradoja de que para ir de Luanda, la capital de Angola, a Kinshasa, la capital del Congo, distantes entre sí de apenas 700 Km, haya que volar unas 13 horas   pasando necesariamente   por Addis Abeba para ir de la una a la otra.   Esta es una más de las grandes carencias  que obstaculizan el desarrollo de África.


 Llegamos a Lubumbashi  a las 14,30 después de haber hecho una escala en Ndola, una ciudad fronteriza entre el Congo y Zambia, cuando lo previsto era aterrizar primero en Lubumbashi.   Apenas si distan 200 km entre sí y cuando pensábamos sobrevolar  la ciudad de Kitwe, todavía en Zambia ya estábamos bajando hacia Lubumbashi, fácilmente identificable  por la vieja chimenea  y la montaña de escoria que siempre han sido  el símbolo de la ciudad.

El desvencijado aeropuerto de Lubumbashi refleja la situación del país. Hace ya tres años que siempre encontramos las mismas obras en una pequeña terminal excesivamente descuidada. Choca la dejadez de las instalaciones y de las personas.   Como es domingo, la entrada a la ciudad  no presenta problemas de circulación.  Viajamos con Marco y Alain que han venido a buscarnos enviados por el Obispado.

En el control de equipajes a Eliseo le han incardinado en la diócesis de Lubumbashi. “Son dos misioneros” le ha dicho Alain al de la aduana que ha hecho un signo con la mano para que continuáramos hacia la salida sin abrir las maletas. Van que explotan y  abrirlas no hubiera sido difícil, el problema hubiera sido volver a cerrarlas. 

Nos alojamos en una pequeña casa Seminario  en la que viven 10 seminaristas regentada por Carlos, un misionero español de la provincia de Toledo y viejo conocido nuestro. No es como el aeropuerto de Addis Abeba pero aquí hemos encontrado chicos de Angola, Zambia y el Congo. El de Zambia está estudiando en Roma y así como quien no quiere la cosa habla sin ninguna dificultad Inglés, Francés, Español, Italiano, Portugués, Swahili y Kibemba, más su lengua familiar, además de latín y griego clásico.