Proyecto Kilela Balanda (República Democrática del Congo)

Este año nuestro proyecto, es la ejecución y puesta en marcha del Hospital de Kilela Balanda en la República Democrática del Congo, para ello necesitamos tu ayuda, únete a nosotros en esta iniciativa y haz feliz a unas personas que te necesitan. ¡Sé Solidario! Llámanos al teléfono +34987400466 o envíanos un e-mail a: bierzoayuda@movistar.es

miércoles, 26 de septiembre de 2012

3ª Entrega del viaje de Tino

21 de septiembre.

Hoy empieza el otoño. Pronto empezará la vendimia. Aquí también está cambiando la estación. El calor y las nubes van en aumento. Las ganas de ver llover hacen creer en  unas  lluvias muy cercanas, pero todavía se pueden hacer rogar. El atardecer siempre nos trae viento fresco.  La luna  está creciendo y con ella la luz en la tarde-noche.
Hoy han colocado la nueva cisterna del hospital y otra más pequeña en la casa donde vivimos. Quedan otras dos, una para cada internado. Dentro de un mes todos tendrán agua regalada desde el cielo, gratuita y en abundancia.
Como el médico hace las comidas con nosotros es una magnífica ocasión para hacer de la sobremesa una pequeña reunión de trabajo diaria. Paul es un chico meticuloso y cercano de la gente. Hoy propusieron enviar  a alguien a estudiar enfermería a Likasi. Yo sugerí que fuera una mujer. A media mañana me presentaron una chica de 20 años. Terminó el bachiller el año pasado y tiene el diploma que le permite acceder a estudios superiores.
Hoy pusimos en marcha uno de los paneles solares colocados encima del tejado de las salas de hospitalización. Desde hace varios años no ha dejado de producir corriente todos los días, mientras las salas permanecían en la penumbra a la luz de una vela, que además cuesta bastante dinero. 

 Fue al ir a hacer este trabajo cuando encontré una niña de nueve años con unas gravísimas quemaduras provocadas con agua hirviendo. Toda su parte derecha está quemada, desde la cara hasta la cintura. El médico no se explica cómo pudo ocurrir y tiene un montón de dudas. Delante de su madre la niña no dice ni una palabra, ni sonríe. Cuando entré en la sala me dijo que se había quemado, pero no me contestó cuando quise saber cómo. Luego entró la madre y ya no dijo nada más; ni su nombre. Le llevé un paquete de galletas de mantequilla y sus facciones son inmutables. De verdad muchos interrogantes,  porque no se puede explicar cómo se ha podido producir esa quemadura con agua hirviendo. Es de Kikuyo y la trajeron al hospital, una semana después del accidente, toda ella cubierta de pus. ¿Alguien se puede imaginar los sufrimientos de esa niña durante una semana?. Son esos casos ante los cuales la impotencia es total, unida a una profunda rabia
Celebramos el cumpleaños de Ildefonse y ha caído bien porque para comer había carne fresca de kashya, cerveza y un poco de chocolate negro. Para esta noche he preparado unas natillas; me quedaron un poco sueltas pero les puse unas galletas y seguro que estarán buenísimas. Al fin me atreví a cocinar sobre el brasero de carbón vegetal en esa cocina tan particular, que ya se está reformando: hoy ya han instalado un grifo para colocar un fregadero. Si el no tener nada puede tener algo de bueno, es el disfrute de lo poco que se va consiguiendo.
Kafrigel sigue aquí conmigo, afortunadamente para mí. Cuando os conté que pensaba ir a Dar es Salam yo mismo no estaba muy convencido de que lo hiciera y me dejara solo. Nos necesitamos mutuamente para trabajar y para convivir mientras estamos aquí. Sin su trabajo como contratista  hubiera sido difícil llegar hasta donde vamos llegando. 


22 de septiembre

Los amaneceres son opacos. Nada de los rojos fuertes  del mes de abril. Todo es gris. El disco del sol empieza a ser visible cuando ya ha ganado un poco de altura y se libera de la densa bruma que tapa el horizonte. La noche pasada ha hecho calor, algo poco habitual en Kilela  situada a 1.555 m sobre el nivel del mar en una altiplanicie expuesta a todos los vientos. El mes de septiembre siempre estaba excluido  de los planes de viaje, por la pesadez del cambio de estación, pero este año era muy conveniente hacerlo y ahora diría que necesario.

Cuando empieza a anochecer suelo sentarme en la veranda. A esa hora y al amanecer canta el kusala makena en uno de los árboles que rodean la casa. Tiene un canto embelesador. Ayer cuando estaba sentado vinieron dos de los 4  estudiantes que van  a la Universidad este año: dos chicas y dos chicos. Tres van al ISP. De ellos va a depender el futuro de la sección  pedagógica de la escuela secundaria de Kilela y en consecuencia la formación de los futuros docentes.  
La chica que  va a hacer enfermería se llama Susana. Una chica muy guapa de 19 años. Ayer me contó que es nieta de Sebastien Mumbombo, uno de nuestros colaboradores más fieles cuando trabajamos aquí. Era conocido como el único hombre que había vivido siempre con su única y primera mujer. La poligamia existe entre los Kaonde aunque no de manera generalizada.

La otra chica se llama Irene. Tiene 20 años y es hija de Omer y Antoinette. Antoinette es el ejemplo de madre que ha luchado por la liberación de sus hijas. En 2007 pidió ayuda para los estudios de sus tres hijas, diciéndome que nunca se casarían antes de terminar de estudiar. Contaba con el apoyo de su marido, otro colaborador  de la misión durante muchos años. Una de aquellas chicas se casó con un geólogo y viven en Nairobi donde trabajan para una empresa minera. La otra está casada y vive en Kakanda, no lejos de Likasi, donde ella es maestra y su marido trabaja en otra empresa minera. Está claro que la educación es el único camino para el desarrollo, para retrasar la edad del matrimonio y reducir el número de hijos por mujer.
Los dos chicos, Jules Kimamnko, y Peter Ntambo ya tienen 24 años y también han terminado el bachiller este año; la muerte de sus padres hace 6 años les obligó a dejar la secundaria para trabajar. Luego volvieron a la escuela gracias a un tío que les pagó los estudios. No son hermanos, ni de la familia, pero sus casos son similares. Las dos chicas han tenido ventaja sobre ellos, en un país en el que suele ocurrir lo contrario.
Ninguno de ellos ha dispuesto de libro alguno  para estudiar. Conviene recordar que hasta hace tres años tampoco los maestros disponían de los libros de las materias escolares a explicar a sus alumnos. Nunca han leído un libro. Así se va a la Universidad. No sería de extrañar que el primer curso les sea demasiado difícil.   
  
A todos hemos decidido enviarles a Lubumbashi porque es necesario hacerlo para ir preparando el futuro a medio plazo, ahora nos toca buscar con qué subvencionar sus becas.  La experiencia va diciendo que aquí es mejor adquirir un compromiso y después preguntarse como se va a financiar. Pensarlo antes puede llevar a ver más dificultades de las existentes. Hasta ahora la fórmula va dando resultado.

He ido a lavar la ropa a Maimba en el hermoso lavadero de la fuente de los japoneses. Tenía ganas de hacerlo. Da gusto mojarse los pantalones  hasta abajo con el agua que salta al meter la ropa debajo del chorro; bonita manera de refrescarse en este día sin viento alguno. Cuando llegué había dos mujeres jóvenes lavando. Una de ellas estaba dentro del pilón desnuda de cintura para arriba. Al verme se puso una blusa pero cinco minutos después volvía a lucir sus hermosos pechos. Algunos niños también estaban lavando o jugando con el agua.  A algunos de ellos daban ganas de meterles la cara en el pilón  para quitarles los mocos resecos. 

Ya empiezo la cuenta atrás. El tiempo me va a ser muy justo para completar lo previsto. Después de todo, ha sido positivo haber tenido que prolongar la estancia, tres días más de lo deseado en un principio, al no haber plazas en uno de los vuelos para el día en que pensaba volver. Tengo la suerte de sentirme mucho mejor que durante la estancia de abril-mayo. Todo va bien.
Todavía queda una larga semana por delante para volver hasta Maimba a lavar en el lavadero, por lo menos, otra vez. Kafrigel ha dicho que ira conmigo para hacer una foto porque esa imagen me va a ser muy útil en Europa.





 23 de septiembre

Se la veía venir desde hace tres días y para ser la primera no ha estado nada mal. Ya por la mañana al finalizar la misa, hacia las 10,30, había mucho calor dentro de la iglesia y fuera picaba el sol.  A las 15 ha empezado a tronar y ha caído la primera lluvia con el consiguiente estruendo sobre los tejados metálicos. El kisala makena se ha puesto loco cantando en el mango bajo la lluvia. La gente estará muy contenta porque mañana encontrará la tierra un poco más blanda para trabajarla. Viendo esta lluvia se comprende como es posible tener agua gratis durante muchos meses, si se dispone de depósitos para recogerla. Ese es ya el caso para todos los edificios que la necesitan.
A la salida de misa aprovechamos para hacernos  unas fotos con  Esperanza e Irene y sus padres. Luego fuimos hasta sus casas  e hicimos lo mismo con las tres hermanas de Esperanza. Fotos muy bonitas de la madre, muy joven, con sus cuatro hijas.  El nombre de esta chica puede ser simbólico ya que en ella ponemos la esperanza de tener una mujer diplomada en enfermería  que asegure el futuro en un lugar donde es muy difícil hacer venir  a alguien proveniente de la ciudad. No son pocos los diplomados de enfermería que en el Congo rural, en ausencia de médico, están capacitados para intervenir en partos imposibles, con totales garantías de éxito. Quizás alguien se lleve las manos a la cabeza pero la realidad de los pobres les obliga  algunas veces a jugarse todas las cartas a vida o muerte y…  triunfa la vida. Esta chica tiene algo de especial en su porte que la diferencia de las demás.

Ayer  en la veranda fue el turno de  Paulin, que ya tiene 43 años y seis hijos. En 1976 era un niño de 8 años;   recordaba el banco que había entonces y los plátanos que le dábamos. Es hijo de Jeremy el chofer de entonces. Su profesión actual es la de buscador de oro, una actividad presente en la zona desde 1988 cuando llegaron dos hombres de Kolwezi y preguntaron en la zona de Shamalenge donde estaba la cantera en la que  habían trabajado dos belgas en 1940.  Así empezó la extracción manual de oro en varios lugares de Kikuyo y Shamalenge que hoy ocupa a cientos de personas, muchos niños entre ellos.

En el pueblo de Nkunka, a 35km de aquí, el IRC ha construido hace tres años dos clases como las que construye en este momento  en Kilela, para reforzar la escuela secundaria, y nunca han sido utilizadas porque todos los niños del pueblo están buscando oro en la cantera.
“Un buen buscador como yo pude conseguir hasta 300 dólares al mes. Un gramo de oro se vende por 42 $ si se va a vender a Likasi; por la cantera pasa un sudafricano que solo paga 30”. “Al gobierno nosotros no le interesamos para nada; a quien protege es a las empresas que llegar para acabar de enterrarnos porque hace mucho tiempo que ya  estamos muertos”.

Para poder comparar hay que decir que un maestro cobra unos 60 al mes si se suman los 32 que le paga el Estado, (a quienes se lo paga) y lo que aportan los padres. El Dr. Paul Kasongo como todavía no está oficialmente registrado en el ministerio de la salud en Kinshasa, está saliendo por unos 120$ al mes con la prima de Bierzo Ayuda incluida. Uno se pregunta de donde puede sacar la motivación para atender los enfermos con la dedicación que lo hace.
Ayer era el día fijado para volver a ver si los brocales de los pozos estaban construidos: Dos habían terminado el trabajo y recibirán una polea con una cuerda para sacar el agua; otro todavía está profundizando su pozo y le hemos dado una semana más de plazo. El otro no ha hecho nada y le hemos dicho que nuestra promesa ya no tiene validez.

La lluvia ha refrescado el ambiente y los pájaros lo siguen celebrando entre las ramas todavía mojadas. La cercanía de las lluvias sin duda está provocando la vuelta de las aves migratorias presentes con sus cantos al empezar y terminar el día.  




Lunes 24de septiembre

Dulce amanecer el de hoy tras la lluvia de ayer. Comienza la última semana. Ya hemos decidido volver a Lubumbashi el sábado día 29. Saldremos bien antes de amanecer  para evitar el calor y aprovechar el día en Likasi visitando los centros de niños de la calle.
El camión se va de nuevo esta mañana para buscar más arena. Para quienes esperáis noticias mías es una suerte poder aprovechar estos viajes. Hace dos semanas que estoy aquí realmente aislado. La  radio de la archidiócesis que intercomunica todas las misiones del interior está en reparación en Lubumbashi desde hace un mes. La radio llega en onda corta tan difícilmente como allá por 1970. RFI es casi imposible oírla. La única asequible es la BBC radio.

Aquí os dejo hoy; es posible que hasta el regreso a Lubumbashi no haya otra oportunidad de comunicarme con vosotros.

A todos gracias y un abrazo
Tino




2ª Entrega del viaje de Tino


Viernes 14 de septiembre

Hoy es el día del Cristo en Bembibre, Villafranca, Villar de los Barrios y también en Benavides de Órbigo. Recuerdo la canción que tantas veces cantamos aquí, en aquellos años en los que tanto empeño pusimos trabajando entre los Kaonde, con mi compañero de entonces, Lito, que es de Benavides: “Fui al Cristo y enamoreime………”.
El año pasado en estos días abandonamos Kilela para volver a Ponferrada; ahora acabo de llegar  para quedarme hasta el día 1 de octubre. Llegamos ayer  a las 15,30  después de un largo viaje. Habíamos salido de Lubumbashi antes de amanecer,  justo cuando la campana de la catedral y el muecín llamaban a los fieles a dos lugares bien distintos para rezar. A esa hora el aire es fresco y la carretera está vacía hasta Likasi. Allí compramos el último pan fresco y pusimos rumbo a Kilela por una pista polvorienta pero con menos baches que en el mes de Abril.
Dos días antes hubo una gran tormenta a lo largo de muchos kilómetros y había aplastado el polvo. Encontramos un camión que llevaba dos días atascado en un bache muy profundo, lleno de polvo antes de la lluvia y después una trampa pegadiza para un chofer sin experiencia en esta pista. En las zonas en las que no había llovido  íbamos dejando una  nube de polvo indescriptible. 
Paramos unas cuantas veces para añadir  agua al radiador del coche, algo muy frecuente con los viejos coches de África. Cuando bajábamos miraba los neumáticos y pensaba que era mejor no pensar: dos en diagonal estaban muy bien y dos en la otra diagonal totalmente lisos; algo también muy frecuente en estos caminos.
Ya en Addis Abeba cuando subimos al avión para Lubumbashi miré las dos ruedas delanteras, no es una manía,  y una estaba perfecta y la otra como la del coche de Kafrigel;  lo había visto en el aeropuerto de Lubumbashi cuando me fui en abril. Eso quiere decir que no es casual y que es mejor creer en los ángeles que me ayudaron a la llegada el lunes en Lubumbashi.
Hoy hemos pasado en revista los trabajos que se están llevando a cabo en el internado de chicos.  Me cuesta creer lo que estoy viendo. Será magnífico. ¿Quién hubiera podido imaginar que el internado de chicos de Kilela tendría el suelo de plaqueta un techo blanco en todo el edificio? Se acabó la desolación que había dejado tras de sí   la compañía de militares que lo ocupó   de 2000 a 2002. No sería justo si no escribo aquí gracias a  Manos Unidas que nos acompañaron el mes de abril para verlo y decidir financiar su rehabilitación; ya será operativo en octubre.
Decidimos también donde situar la nueva cisterna que Bierzo Ayuda va a instalar para recoger más agua de la lluvia para el hospital. Serán ya tres con una capacidad total de 15.000 litros. Mañana empiezan a construir la base de piedra para colocarla. También decidieron donde construir dos clases nuevas que subvenciona el IRC (International Rescue Committee). Así habremos sumado 11 nuevas clases en Kilela mismo los dos últimos años.  En toda la zona ya suman 34.
                                             
Domingo 16 de septiembre

Ha habido un día precioso; el cielo está claro y el viento se ha llevado la canícula brumosa  de estos días que hasta de noche impide ver este cielo enamoradizo del trópico. Hoy la misa dio comienzo a las 8 de la mañana. Los días de semana es a las 6h, justo al amanecer. La celebración ha durado, como todos los domingos, casi tres horas.
En esta época hay poca gente en el pueblo. Ayer por la tarde lo hemos recorrido saludando a  los pocos que encontramos. Quería ver los seis pozos excavados a mano en los que algunas familias se abastecen de agua. Uno de ellos tiene 12m de profundidad por uno de ancho. En el primero pidieron una polea para sacar los cubos llenos. Le prometimos regalársela, con una cuerda gruesa, si construye un brocal que impida la entrada del agua de lluvia y los arrastres que ocasiona la utilización del mismo pozo. Se la ofrecimos a los otros cinco con la misma condición. Es una manera de estimular esta solución para el abastecimiento de agua de las familias. En Kilela hay varias fuentes acondicionadas pero todas están a unos 750 metros de distancia de las viviendas. El acarreo diario  del agua supone mucho tiempo y más esfuerzo para las mujeres y las niñas y los niños. Veremos el resultado el próximo sábado cuando  pasemos de nuevo por sus casas.
La verdad es que el problema de su agua tanto en el hospital como en sus familias nos preocupa más a nosotros que a ellos mismos. Es el fruto de no haberla tenido nunca. ¿Cómo echar en falta aquello que no conoces?  Eso ocurre con el agua y con todo lo que concierne a la higiene. Será necesario un largo trabajo de educación para la salud del que tantas veces hemos hablado en Bierzo Ayuda y que aquí tarda en materializarse. El factor tiempo juega siempre un papel determinante en los temas de desarrollo. Lo importante es no perder la paciencia y no dejar de caminar hacia el objetivo marcado.

Está cayendo la tarde y las sombras ya son muy alargadas; dentro de una hora ya será de noche;  la noche es tan oscura hasta que no vuelva la luna… Eso será ya para el final de mi estancia aquí. Hace tres días que he llegado y tengo de nuevo la sensación de no haberme ido nunca. Siempre me acogen tan bien y agradecen tanto que no se les olvide.
Hoy ha llegado de nuevo el camión con una carga de arena. No sé si se va esta noche o mañana por la mañana. Por eso quiero darles ahora el pincho para que alguien en Likasi os haga llegar el contenido. La gente os recuerda a todos por vuestro nombre. 
Me va bien en todos los aspectos; mejor de lo que preveía. Sí, estoy bien y, una vez más, está valiendo  la pena hacer este viaje interminable entre Ponferrada y Kilela Balanda. Tenemos comida, agua corriente, aunque con sus dificultades, un  panel solar nos permite alumbrar las largas tarde-noches del trópico y recargar el ordenador para trabajar un poco con él. Se puede pedir mucho más pero esto ya es todo un lujo del que sólo disfrutamos algunos afortunados.











jueves, 13 de septiembre de 2012

Un nuevo viaje de Tino a Kilela Balanda


Desde Lubumbashi

Martes 11 de septiembre

Hace calor, mucho calor en Lubumbashi. Ayer por la noche ya  hubo una pequeña tormenta. Se diría que la estación de lluvias este año tiene prisa en llegar. Sería una bendición para tantas personas que ya desde hace un mes están preparando sus campos, trabajando una tierra dura y reseca después de cinco meses y medio sin haber visto caer una sola gota de agua. El cielo está plomizo y una densa canícula cubre una extensa área de la provincia de Katanga.

Estoy otra vez en Lubumbashi. Todavía no hace cuatro meses que me fui y heme aquí de nuevo a vueltas con el hospital, el agua, las escuelas y sobre todo el internado de chicos que está siendo rehabilitado a marchas forzadas para poder reabrirlo, después de un paréntesis de 18 años, el próximo mes de octubre. Durante el viaje me costaba hacerme a la idea de que estaba volviendo a Kilela.
Los aeropuertos  facilitan la aclimatación mental.  El de Addis Abeba, siempre tan pintoresco por la variedad de personas y culturas que lo cruzan, estaba casi al límite del colapso. Éramos tantas personas  que yo admiraba la tranquila manera de hacer de aquellos operarios que, sin megafonía, nos iban canalizando a todos hacia las puertas de embarque para todos los destinos de África.
El de Lubumbashi tan destartalado como siempre con unas obras que ni avanzan ni están paradas pero que no terminan nunca. En la zona de carga siempre  hay  aviones sin identificación alguna. A uno le gustaría saber qué llevan y qué traen;   me hacen pensar en los   de la película-reportaje  La Pesadilla de Darwin que cargaban la Perca del Nilo, para abastecer nuestras pescaderías, en el aeropuerto de Mwanza en Tanzania , pero nunca se sabía con qué llegaban, porque eran armas para los diferentes conflictos del África de hace diez años. 

Me ha ocurrido lo que más he temido  siempre al llegar al aeropuerto: que nadie me esperara para sacarme de aquel laberinto. Se habían olvidado de ir a buscarme. No es un gran signo de amor pero  después de todo fue más fácil y rápido que nunca hacer los trámites, recoger el equipaje y salir. Hay ángeles inesperados que nos libran de nuestros miedos sin que nos demos cuenta. En ningún viaje anterior había estado tan poco tiempo dentro de la   sala de recogida de maletas.

Hoy es martes, son las 18,20 y ya es casi de noche.   El sol ha desaparecido pronto tras la canícula, y el aire, en contra de lo habitual, todavía no refresca.  Habíamos  previsto ir para Kilela mañana miércoles pero será el jueves. El Dr. Swana ha conseguido una entrevista con el Dr. Provincial de la Salud.  El objetivo es estudiar la posibilidad de hacer llegar, con exoneración de las tasas de aduana,   una bomba solar capaz de alimentar todas las cisternas que vamos instalando en Kilela, y los paneles solares necesarios.  Eso supondría reducir el coste de 13.500 $ que nos cuesta aquí, a 4.500 $ que costaría comprarla en Europa y enviarla, todos los gastos incluidos. Sigue vivo el empeño de colocarla, y más ahora que  un grupo de personas se ha implicado en Suiza con en este proyecto. Una de ellas es socia de Bierzo Ayuda.   

Me acompañará  a la entrevista el Dr. Laurent Mwansa del BDOM. Nuestro amigo Swana ha hecho las gestiones por teléfono desde su trabajo en Fungurume. Le veré los tres o cuatro días que estaré en Lubumbashi justo antes de regresar a Ponferrada, ya que esa semana  estará de vacaciones.

El tema del agua volverá a estar presente este año como lo estuvo durante la estancia aquí con Magda el año pasado. Ahora no serán fuentes y lavaderos sino la excavación manual de pozos de agua para desterrar puntos de  abastecimientos tan infectos como el de Kamikolo.  Esto requiere todo un programa de concientización del que hablaremos mañana con Laurent después de la entrevista.

Para quienes les conocéis, Kafrigel os saluda a todos (ha adelgazado un poco); Marco saluda al Dr. Manolo, Christophe a Arancha y Ángeles. Carlos Comendador también os saluda. Todos ellos nos han hecho los viajes lo más cómodo posible en este lugar y os recuerdan con cariño. Christophe me dijo” Ya ves que sigo con problemas en mis rodillas”; efectivamente sigue con un poco de dificultad para caminar.

Esta mañana haciendo compras hemos mirado el precio de los paneles solares. Quería comprar dos, uno para el internado de las niñas y otro para el hospital, pero he sentido una rabia enorme al constatar una vez más que son tres veces más caros que en España y no los he comprado. Kafrigel me ha dicho que los puede traer de Dar es Salam tres veces más baratos que aquí. Lo siento porque quería dejarlos instalados y no podrá ser.  Sí hemos comprado la nueva cisterna para el hospital y los accesorios para colocarla, además de otras cuantas cosas y provisiones.
Voy a vivir aislado muchos días en Kilela. Ya intentaré contaros algo siempre que el camión de Kafrigel vaya a Likasi para transportar arena y cemento. En la Procura no hay vehículo disponible por lo que me iré con Kafrigel.  Él estará allí dos días y vuelve para ir a Dar es Salam a comprar plaqueta para el suelo del internado y cristales. Se va en avión y vuelve con un   amigo que va a traer un camión y aprovechan para llenarlo de materiales de construcción porque allí valen tres veces menos. Dice que se va por  una semana, pero creo que ya no lo veré más en Kilela. El viaje de vuelta desde Dar es Salam dura tres días.  Le pedí que me buscara un vehículo de alquiler porque quiero visitar las escuelas de la zona de Shamalenge para ver su situación.
Entonces me ha dicho que va a dejar su 4X4 en Kilela con el chófer para que visite todos los pueblos que desee. Como se va a Tanzania no lo necesita en Lubumbashi. Volverá de Kilela a Lubumbashi en su camión. En principio no he querido aceptarlo; me ha preguntado por qué y le he contestado que me siento mal aceptándolo, y él me ha dicho que me sienta bien porque lo va a dejar en Kilela y que mañana tengo que comprar un bidón de 200 litros de gasolina para llevarlo en el camión y así disponer de combustible. Hace tiempo que le conozco y aprecio su honradez y otras buenas cosas en él   , pero esto nunca se me había pasado por la cabeza que podría ocurrir. África es una escuela de vida.


Miércoles, 12 de septiembre

Ha vuelto el viento del Este, la temperatura se ha relajado y el cielo está limpio. Mucho mejor que el bochorno de ayer.
A las 9 de la mañana nos recibió el Dr. Sompwe Mukomena en la dirección provincial de la salud y todo parece indicar que será posible enviar los paneles y la bomba solar sin tener que pagar los derechos de aduana.
Nos ha hablado de un proyecto del Banco Mundial de mejora de las capacidades de varias zonas de salud entre las que se encuentra la de Kilela Balanda.  Veremos en qué se concreta todo eso  y qué aporta de nuevo para la sanidad de la zona.

Con Laurent hemos hablado largamente sobre las dificultades que ha habido para encontrar un médico para Kilela. Allí está desde hace un mes en la esperanza de que encuentre motivación suficiente para quedarse. Laurent irá a Kilela el martes próximo y así podremos ver juntos cómo abordar la formación del personal sanitario. El nuevo médico ya le ha dicho que la formación del personal es muy deficiente y él va a establecer un programa de formación para todos ellos in situ. Es una buena decisión. El enfermero que se está formando como técnico de Laboratorio en Likasi termina el día 28 de este mes.

Mañana jueves nos vamos de Lubumbashi antes de amanecer para aprovechar el fresco de la mañana y estar antes del mediodía en Kilela. Espero poder seguir manteniendo el contacto con todos vosotros.
Tino

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Fallecimiento de un colaborador de nuestra Asociación


Hemos recibido la triste noticia del fallecimiento en accidente de circulación de uno de los jóvenes enfermeros del Hospital en Kilela Balanda cuyo nombre era Kyakupewa.  Desde estas líneas queremos expresar nuestras condolencias a su familia y al personal del Hospital. Hemos perdido un buen chico y un  buen enfermero. Descanse en Paz.

En la foto adjunta Kyakupewa es el primero de la derecha.