Proyecto Kilela Balanda (República Democrática del Congo)

Este año nuestro proyecto, es la ejecución y puesta en marcha del Hospital de Kilela Balanda en la República Democrática del Congo, para ello necesitamos tu ayuda, únete a nosotros en esta iniciativa y haz feliz a unas personas que te necesitan. ¡Sé Solidario! Llámanos al teléfono +34987400466 o envíanos un e-mail a: bierzoayuda@movistar.es

jueves, 29 de septiembre de 2011

Fotografías del viajes a Kilela Balanda enviadas por Magda y Tino


Carta de agradecimiento enviada desde Kilela Balanda

África                                                                         Kilela Balanda 12/09/2011
República Democrática del Congo
PITA SHALIKONDA PETER
Enfermero A1


Agradecimiento y petición de documentación

A todos los socios de Bierzo Ayuda en España


Señores,
Yo y todos mis compañeros   queremos agradeceros sinceramente que hayáis pensado a los pobres de   África en general y al hospital rural de Kilela Balanda en particular. Estamos muy contentos y agradecidos ya que  el gobierno congoleño nos ha olvidado y es incapaz de pagar a sus funcionarios.
Pero vosotros sí habéis pensado en nosotros africanos, que sólo podemos recompensaros diciéndoos:”muchas gracias por esta  propuesta de ayuda que nos ofrecéis”. Que el buen Dios todopoderoso  os bendiga y os aliente en vuestro trabajo.
Queremos también aclarar que hubo un error en los datos del mes de abril y somos tres enfermeros A1 y tres A4, tal como se lo hemos explicado a Florentino.
Carecemos de toda documentación ya que no tenemos ni Internet ni una biblioteca, por lo que solicitamos un diccionario de francés aunque sea un pequeño diccionario de bolsillo. Solicitamos también un diccionario medico y un libro de farmacología especial.
Deseándoos lo mejor   al Dr. Manolo y a todos vosotros,    bienvenidos  a Kilela Balanda donde os esperamos.

Peter

lunes, 19 de septiembre de 2011

El día de regreso. Final del viaje

17 de septiembre

Nuestra estancia en el Congo ha terminado. Los días se han vuelto calurosos pero en el aeropuerto de Lubumbashi nos despedía  el mismo viento fresco del Este que nos había acogido hace un mes. Esta mañana la campana de la catedral, como todos los días, nos sacó de la cama a las cinco y media. El muecín por su parte ya se había encargado de despertar la ciudad a las cinco. Al cruzar la calle para ir a la catedral soplaba un viento fuerte que levantaba una nube de polvo. Las avenidas de Lubumbashi son muy amplias; las aceras ocupan mucho más espacio que la calzada para los vehículos pero son de tierra porque nunca han sido asfaltadas. En ellas hay plantados muchos jacaranda, enormes y viejos, todos de la época colonial. Pretoria, la capital de Sudáfrica, se jacta de ser la ciudad con más jacarandas del mundo. Son árboles muy hermosos que llenan de color la ciudad. Cuando llegamos hace un mes apenas si había algunos en flor. Ahora ya son muchos; sus flores, violeta azul intenso, perfumarán, cuando hayan empezado las lluvias, los cálidos y húmedos atardeces del trópico.
Los tres últimos días hemos recorrido el centro de la ciudad a pie y en taxi, haciendo algunas compras y buscando información y facturas proforma sobre panelas y bombas solares. La casa Yamaha nos ha hecho un presupuesto completo para una pequeña estación de bombeo  directo de 10 m3  al día sin necesidad de baterías.

Andar a pie permite ver el gran cambio que se está operando en Lubumbashi en los últimos dos años. El comercio está ya mucho mejor abastecido que en los años 70. Como tantas otras cosas puede parecer una banalidad decirlo si no se conoce  la caída libre que sufrió la economía congoleña durante más de 35 años. En 2004 para encontrar gasolina para el vehículo que nos llevó a Kilela Balanda fue necesario recorrer varias calles buscando los vendedores de gasolina ambulantes sentados en ciertos lugares con bidones de cinco litros. Eso ya parece una historia lejana.
Sigue habiendo  mucha gente a pie por la calle, muchos mendigos de toda edad y sexo, personas con discapacidades, ancianos… todo  un mundo de desheredados que sobrevive de la caridad en una sociedad tan necesitada de todo. Limpiar calzado es un oficio muy socorrido para muchos varones, también de toda edad; desde niños de la calle hasta ancianos que ofrecen sus servicios en una ciudad con aceras llenas de polvo.
Pero hay signos positivos como ver máquinas asfaltando calles, reparando cosas y hasta un incipiente servicio de limpieza. Es que todo eso era impensable hace tan solo tres años cuando la impresión general es que nunca se acababa de tocar fondo. Viajar en un taxi en Lubumbashi hace cinco años era entrar en vehículos destartalados que parecían haber sido recuperados de la chatarra. Ahora son muy numeroso y en general en buen estado. Son viajes compartidos. Cuando entras puede haber ya otros viajeros que van siendo dejados en sus destinos en el mismo orden en el que han subido. Al final se siente vergüenza de que sólo te pidan 2.500 Francos congoleños, que no llegan al precio del autobús en Ponferrada.
Ayer viernes volvimos a comer a casa del constructor Kafrigel. De nuevo pasamos por el barrio de Njanjia. No se sabe si decir todo un polígono industrial o un interminable mercado popular. Dos Km de una intensa  actividad productiva y comercial en ambas aceras totalmente ocupadas por fabricantes y vendedores. Una de ellas la ocupa la venta de pescado seco y salado o ahumado; es uno de los  alimentos más utilizados por la población. Cuando los recursos escasean  se limitan a ser como una pequeña cantidad de condimento que da sabor a las verduras con las que se acompaña el fufú. 
Hay pescados de todos los tamaños provenientes de los numerosos ríos y lagos  del Sureste del Congo.   Montones y montones de pececitos pequeños de 3 cm secados al sol  procedentes de los lagos Tanganika y Mwero. Es tal la cantidad que uno se pregunta si esos lagos son de peces o de agua. El Tanganika tiene 39.200 Km2 y 670 km de sur a norte. El Mwero tiene 4.650 km2 con una profundidad máxima de 39 m. Los dos tienen unas características particulares que permiten una enorme población de peces. El río Luapula atraviesa el lago Mwero después de nacer en las marismas de Bangwelo. Bangwelo   significa «lugar donde el agua y el cielo se unen».   Es una zona pantanosa  alimentada por 17 ríos. Está situada a 1.140 m de altitud, tiene aproximadamente 75 km de largo y cubre un área de 9.840 km². Su profundidad media es de 4 metros y  una fuente inagotable de nutrientes. Las raíces de los cañaverales almacenan millones de metros cúbicos de agua que alimentan el lago durante la larga época seca.
Mejor volvemos a la calle Njanjya en la que se fabrica y se vende de todo. El hierro se corta y se suelda en la acera, en la que se cose un traje o te hacen al instante un cobre metálico  de chapa muy ligera para dejar tus cosas más elementales para que si  en el próximo viaje te desaparece la maleta tengas lo necesario para continuar. Camas sillas, trajes, sombreros, calzado… hasta el infinito. Y en todo hay buen ambiente y humor. Los pobres saben sacar partido de lo poco que tienen mientras los ricos se mueren de rabia porque no pueden tener más.


Un puesto vendía tiras de cámara de camión o de coche. Sorprende verlo de lejos al ser imposible saber qué es ese inmenso fajo negro  que cuelga hasta el suelo. Son muy apreciadas para atar los bultos en las motos, bicicletas o bacas de los coches. Nada se pierde en un mundo que carece de todo.
Ayer cenamos con el Dr. Swana y su mujer en un pequeño restaurante. Se unió el Jefe provincial de Sanidad, el Dr. Sompwe. De él depende toda la sanidad de Katanga. Por supuesto hablamos del hospital de Kilela y de las nuevas fuentes de agua. Le interesó mucho y puede haber algunos cambios en la zona de salud que serían beneficiosos.

Son ya las cinco y media de la tarde. Atrás quedan Lubumbashi y Lilongwe. Allá lejos , a la derecha del avión, a través de la ventanilla se vislumbra el Kilimanjaro. Sobrevolamos Kenya y abajo ya no hay sol. Cae la noche también sobre esta área maldita de la sequía y la hambruna que son el norte de Kenya, el Este de Etiopía y Somalia. Una tierra olvidada que sólo recordamos cuando la tragedia del hambre y la sequía se abaten sobre ella, para luego dejarlas en el olvido hasta la próxima hambruna.



Aquí terminamos nuestro relato constatando que  El Congo  ha reinvertido la marcha. Les hemos acompañado en la caída, confiando siempre en que un día llegaría el fondo. Ya está. Ahora sumamos un grano más, el de Bierzo Ayuda, a la reconstrucción. Llevará más años que la caída, pero ya ha comenzado: En Kilela unas 9.000 personas   consumen agua limpia, el hospital está impecable, aunque todavía muy vacío, y las escuelas están cada día más llenas. Nuestra ayuda es indispensable y está siendo eficaz. Queda la puerta abierta para que quien lo desee se sume a nuestro trabajo y si en un momento dado le apetece ver los frutos, pueda ir y comprobarlo.
Magda y Tino         

viernes, 16 de septiembre de 2011

Carta a unos amigos.

Queridos Magda y Tino, hoy he recibido las últimas noticias de vuestro  viaje a Kilela Balanda, y mientras lo incorporaba a nuestro blog, no he resistido la tentación de ponerme a escribir estas líneas para agradeceros todo el trabajo que estáis realizando para las personas que más os necesitan, no hace mucho tiempo que nos conocemos, fue hace cuatro años en una comida solidaria en el Colegio de la Asunción, pero desde entonces y hasta hoy mi admiración hacia vosotros ha ido en aumento.
Vuestras noticias nos han servido para confirmar que el proyecto del Hospital de Kilela Balanda vale la pena, que cuando comenzamos esta andadura había demasiados miedos que hemos ido disipando con el tiempo, hoy el proyecto es una realidad que día a día iremos mejorando, y todo gracias a que personas como vosotros participen en el mismo.
Vuestros conocimientos sobre el terreno y sobre las gentes de esta parte del continente Africano han sido los verdaderos artífices para que este proyecto haya salido adelante, no te preocupe la bomba solar, la cocina del Hospital, y otros muchas cosas que sabemos tienes en la cabeza, con tu tesón, todas las llevarás a cabo, por último en nombre de Bierzo Ayuda y el mío propio os deseamos un buen viaje de regreso y que sepáis del cariño de las gentes que están a vuestro alrededor.

Bierzo Ayuda.

Tercera y última entrega del viaje a Kilela Balanda

 6 de septiembre

Ponferrada se estará  animando estos días para celebrar  la Encina. No tenemos ni idea de lo que ocurre en España. Las dos únicas radios que escuchamos son radio Lubumbashi y Radio France Internacional, en su emisión para África.
Son las cinco de la mañana y todavía hay que utilizar la vela para ver el teclado. El pequeño panel solar del que disponen en la casa no es suficiente para el consumo actual, que incluye la recarga de algún aparato más durante estos días. Aquí cuando hay algo suele ser lo justo; lo normal es que se quede por debajo de lo necesario. 
La luna sigue creciendo y con ella la luminosidad de los atardeceres. Sorprende verla justo sobre nuestras cabezas a las 7 de la tarde. Es la luna del trópico con sus cuernos al revés de cómo la vemos en el hemisferio norte en sus cuartos creciente y menguante.
El domingo hubo Munkoyo popular para inaugurar la fuente con su lavadero. Después de la misa nos fuimos todos hasta allí con la gente; el coro parroquial vestía su uniforme de gala estrenado esta mismo día. Hubo bendición solemne con cantos y tambores acompañados de los mikunda de las mujeres (esos gritos que solo las africanas saben emitir para manifestar su alegría). Ya bastante tarde, a las cuatro, nos dieron una comida en la sala recientemente rehabilitada para las mujeres. De paso quedaron inauguradas la sala y la fuente.

Ayer comenzó la última semana de nuestra estancia aquí sacando más barro de uno de los aljibes recuperados. Vaciar a pala 35 metros cúbicos de lodo compactado por años de abandono es un trabajo terrible. Un grupo de hombres ya lleva prestados 5 días de trabajo voluntario en trabajos relacionados con el agua. Representan a toda la comunidad. Ayer al menos la mitad pertenecían  a una comunidad metodista porque a la hora del Munkoyo dijeron que ellos no bebían alcohol, solamente bebidas dulces. Están de moda unos sobrecitos con un concentrado que algunos consumen directamente y otros lo mezclan con un poco de agua.
Es una sorpresa la alta  participación del pueblo en los trabajos en este período en el que mucha gente ya está preparando sus campos. Supongamos que las mujeres han puesto a los maridos contra las cuerdas para que colaboren. Hay que verlas lavar en un pequeño balde, encorvadas hasta el suelo para comprender el gran problema de la falta de un lavadero. Está  ocurriendo como con las escuelas: es la gente la que viene a ofrecer su colaboración para el arreglo de su manantial. En 2007 fue necesario un largo debate con los jefes para que se aceptara su  participación en los trabajos en las escuelas. Ahora vienen a solicitarlas. El sábado vino el Jefe Shamalenge a recordarnos el compromiso adquirido con él  el mes de abril en el que se prometió construirle tres clase en 2012.
Ayer también se entregó  al hospital un poco de material y productos de limpieza. En nuestro equipaje habíamos incluido unas fregonas, los escurridores, y unos rollos de bayetas. Pudimos encontrar en Lubumbashi unos  estupendos mangos de madera, además de los cubos.   Toda una innovación tecnológica.
Magda ha recuperado su viejo ritmo de trabajo y pasa parte de la mañana por el hospital. Todos los días hay algún parto, y todos los días constata que la actividad es demasiado baja.  Esperamos que la rebaja de las tarifas en el 70% propuesto a partir del 1 de octubre ayude a mejorar la utilización. Ayer quiso visitar el centro de salud que gestionan directamente desde la zona de salud y le dijeron que vuelva hoy. Quien sabe lo que había dentro, o cómo estaba. Fue el médico director del hospital, Christian, que se encontraba allí en ese momento quien se lo dijo muy amablemente.
Como no podía ser de otra manera, también ayer nos reunimos dos horas con los docentes para iniciar la formación permanente ya ahora, utilizando los medios disponibles, a la espera de poner en marcha el Plan  de formación continuada durante tres años, a partir de julio de 2012. El agua y las escuelas ocupan la mayor parte del tiempo. Se detecta hambre de cambio. Hay signos positivos en las ciudades y están llegando a las zonas rurales. Ahora mismo la pregunta que se repite en todos los encuentros y reuniones es, Qué podemos hacer nosotros por nosotros mismos. Todo es tan  precario.
La  bajada interminable  al infierno de la miseria, a la que Mobutu empujó al país durante su larga dictadura de 34 años y que continuó 8 años más, hasta 2006, a causa de la guerra provocada por Paul Kagame desde Rwanda, se ha terminado. La recuperación se deja ver más y más en las ciudades. Kagame es otro de los que deberían pasar por el Tribunal Penal Internacional. Son tantos en África….
Ya amanece y los cantos de los gallos se unen  al carillón del termitero que invita a la misa matinal y a los hermosos cantos de los pájaros que se preparan para criar de nuevo  durante la estación de lluvias. Se va notando lentamente el cambio de estación. El viento llega ahora un poco más cálido, bastante fuerte en las horas centrales del día, aunque la temperatura sigue siendo muy agradable.
Hay que volver a serrar los bollos de pan  para el desayuno. Ahora ya será así hasta el final, para nosotros, porque para los que se quedan   es así prácticamente todos los días, cuando lo tienen.

7 de septiembre
Es el día de los fuegos en Ponferrada. No, no tenemos  nostalgia. Hoy el constructor ha dicho que se retrasa la vuelta a Lubumbashi hasta el martes 13  y nos alegra estar aquí un día más. Esta mañana hemos pasado por las escuelas para ultimar algunos documentos en vista a una solicitud de subvención que tenemos previsto presentar para rehabilitar el internado de los chicos.
Las clases han comenzado oficialmente el lunes. Vinieron a clase únicamente dos de los niños del Director. Hoy no había ningún niño y sólo estaba presente la mitad del profesorado. Nos han explicado que como es una época en la que los padres están en los campos, se llevan a los niños con ellos hasta primeros de octubre. Que lejos estamos de aquellos años 1965-76 en los que la escuela funcionaba tal como preveía el calendario escolar.
Hay un folletito, escrito por el P. Ekwa, un jesuita congoleño,   que se titula  “La bajada al infierno de la escuela congoleña”. El título lo dice todo y estremece leerlo, aún cuando uno conoce la realidad. La escuela fue una de las grandes víctimas del partido único y de la rapiña insaciable de aquel dictador nauseabundo.
Como hay que pasar bastantes horas en los manantiales para animar los trabajos,  es una ocasión para contemplar  el tremendo esfuerzo que supone el aprovisionamiento de agua de las familias. Duele ver a niños tan pequeños subir la pendiente del manantial cargados con esos bidones de 20 litros. Es un dolor contemplar como lo van moviendo de 15 en 15 centímetros y entonces vuelve el sueño de la bomba solar.
Se está trabajando en 4 manantiales.   El del Ngalu  ya no habrá tiempo de construirlo; iremos a plantearlo y lo harán después con el constructor. Estamos muy satisfechos porque se ha ido más lejos  de lo que nuestras expectativas preveían, tanto en participación del pueblo como  en el número de fuentes acondicionadas con lavadero.  Es una gran alegría poder decir que valía la pena hacerlo. Entre tanto hemos mejorado nuestra silueta y bajado el nivel de colesterol. ¿Se puede pedir algo más cuando al acabar el día hay  agua corriente para ducharse?. 




9 de septiembre
Los días pasan y a decir verdad el cansancio va haciendo mella. Las condiciones de vida, aunque infinitamente mejores que las del resto de la gente, no son fáciles.  Creo que habíamos calculado bien el número de días a pasar aquí como huéspedes  y cuando la organización de la vida no depende de uno mismo.
Parece ser que mañana llega la ministra de la Educación en campaña electoral. Las elecciones son también  el 20 de noviembre. Parece ser que ha pedido alojamiento en la Misión. Esta muy bien que venga porque cuando fueron a retirar los 200 pupitres sólo les dieron 130. En un pequeño lapso de una hora alguien orientó hacia otro lugar 70 pupitres y los vamos a reclamar. 
Aquí también es la hora de las promesas encantadoras, de que se va a acabar con el paro, con la crisis y no sé cuantas cosas más. Entre tanto la gente recibe una camiseta made in China que no resiste el primer lavado, quizás algún paquetito de azúcar  o una racioncita de pescaditos salados del lago Tanganika, a cambio de una papeleta que será un maná para los que salgan elegidos o decidan mantenerse fraudulentamente en el poder. Viva la democracia… aquí y ahí.
Ha vuelto el viento fresco del Este que mantiene una temperatura envidiable. Es un poco molesto por la fuerza con que sopla. Lo echaremos de menos de vuelta a Lubumbashi donde nos han dicho que ya se deja sentir el calor.
Ayer ha venido el Dr. Laurent del BDOM. Hemos firmado los papeles y todos están contentos. Ha quedado claro que ante la escasez de enfermos, Bierzo Ayuda espera que el personal del hospital se implique en la educación para la salud de la población a cambio de la ayuda que van a recibir. Laurent les ha traído un buen material informativo al respecto así como algunos murales. No asistió a la reunión el médico Jefe de zona, cosa que nos ha sorprendido. Hay una guerra solapada entre hospital y zona de salud. Es normal que desde la zona de salud no vean con muy buenos ojos la bajada de las tarifas en el hospital, pero nada puede impedirlo legalmente; es el propietario del hospital quien fija las tarifas. El personal sí está muy contento y se le ha visto motivado. Las relaciones internas entre  los responsables del hospital se han clarificado y parecen más cordiales que en abril.

Hay otro camión Express que sale a las 3 de la tarde camino de Likasi con personas, cosas y animales, cada uno con su tarifa a pagar. Las personas pagan 5.000 francos (5$), una cabra o un cerdo pagan lo mismo, un saco de maíz 1.000 y los pollos o gallinas viajan gratis. Parece gracioso pero hay que ver salir el camión para comprender. Afortunadamente circulan muy despacio y puede tardar entre 6 y 8 horas en cubrir los 100 km hasta Likasi, siempre que no haya ninguna avería  y tarde dos días en llegar. Cuando vinimos hace dos semanas encontramos gente conocida que ya estaba llegando a pie a Likasi porque el vehículo en el que viajaban se había quedado a 25 km con el chasis roto.
Aprovechamos para enviar el último pen drive a Olivier para que os lo remita. El próximo mensaje intentaremos enviarlo el miércoles día 14 desde Lubumbashi.
Un abrazo


Hace varios días se ha producido un hundimiento en una de las galerías de explotación minera artesanal en Kimpese y ha habido varios muertos. Kimpese está a 90 Km de aquí y no hay noticias precisas sobre el número de muertos. En Kimpese hay cobalto, cobre, oro y uranio. Todo lo necesario para producir otra bolsa  de miseria insoportable, como ocurre siempre alrededor de cada fuente de riqueza en África. Petróleo, madera, coltán, oro, cobre… qué más da, el resultado siempre es el mismo: cientos y cientos de trabajadores en condiciones de miseria extrema. Allí estuvimos el mes de mayo inaugurando una escuela. Muy cerca está la vieja mina   de Shinkolobwe de donde salió el uranio de las primeras bombas atómicas.
Otra de las noticias de estos días es la fuga de 900 prisioneros de la cárcel de Kasapa en Lubumbashi. Entre ellos se ha fugado uno de los jefes de los rebeldes Mai-mai, un lunático extremadamente sanguinario que se inspiraba en la Biblia para justificar sus atrocidades.




12 de septiembre
Hoy es nuestro último día en Kilela. Es la hora de hacer un pequeño balance que no siempre es tan positivo como une desearía. Por un lado se ha dado un paso extraordinario en el abastecimiento de agua; 6 manantiales acondicionados que abastecen a una 9.000 personas, incluidos los pueblos de Ngalu y Lukila, con otros tantos lavaderos para la ropa. Se han recuperado dos viejos aljibes con un abastecimiento directo de dos fuentes. Los lavaderos es algo muy innovador en el país. El director del BDOM no se lo podía creer. Conoce bien toda la provincia de Katanga, algo así como España, y no había visto ninguno. Las mujeres están muy contentas y los hombres también.
Por otro lado siempre hay que exigir y pedir cuentas, lo que nunca es agradable. El generador  portátil del hospital está sirviendo para todo tanto en la Misión como en la zona de salud. Se ha decidido fijarlo en un bloque de hormigón soldado a un chasis de hierro para que nadie pueda moverlo. He visto la cara de contrariedad de los responsables de ambos lados, pero hemos visto la cara de satisfacción de los enfermeros que ven como quien manda se aprovecha. Fue comprado el año pasado para asegurar la alimentación de la sala de operaciones en caso de necesidad. En alguna urgencia ha sido necesario buscarlo durante la noche  a más de un km de distancia. Haremos lo mismo con la bomba del agua para el hospital, que tendrá su propio sistema de bombeo  independiente del de la Misión.
Un técnico revisa hoy los paneles solares para colocar las baterías que estarán cerradas en cajas metálicas con dos candados con llave en manos del responsable de la Misión y el responsable del hospital para protegerlas de cualquier manipulación. Todo esto duele a todos: a quien lo exige y a quien le es exigido. No todos son rosas, pero hay muchas flores  entre todas las cosas. 
Tres semanas aquí es más que suficiente; incluso un poco largo. El cansancio se deja sentir en muchos aspectos: el descanso es deficiente, la comida no es la más apetecible, el agua siempre hervida, el pan duro de 10 días, la higiene es la que es, y uno ya está contento de saber que hacia las seis de la tarde, cuando empieza a caer la noche, se dispone de un chorro de agua fría para ducharse y utiliza sus chanclas para no poner los pies en el cemento  del piso. A todo ello hay que añadir que somos huéspedes y la organización de tu propia vida está condicionada a la mentalidad de otras personas.
La escuela que tenemos en construcción está casi terminada; con ella se han completado las clases necesarias en Kilela pueblo.
Sencillamente es tiempo de irse y descansar un poco. Nos iremos en el viejo vehículo del constructor aprovechando su vuelta a Lubumbashi. Ayer volvimos a Ngalu para despedir al Jefe y pedirle su firma sobre algunos documentos. Pretendemos rehabilitar el internado de chicos el año próximo y es necesaria su colaboración.  Hoy están trabajando en la construcción de la fuente y el lavadero. Habían juntado un gran montón de piedras y seguro que hoy serán muchos los hombres que trabajarán con el constructor a la cabeza.  La fuente está al lado de la carretera y mañana al pasar pararemos para ver qué han hecho hoy.
 
14 de septiembre

Ayer dejamos Kilela Balanda.   El calor, el polvo, la calidad del vehículo, los socavones de la pista y un poco de hambre hicieron  el camino bastante duro y largo. Salimos a las 10 de la mañana y ya anochecía cuando entramos en Lubumbashi hacia las 7 de la tarde. Hicimos dos paradas entre  Kilela y Likasi: una para ver la fuente-lavadero de Ngalu y la otra en Kamikolo para estirar un poco las piernas. Ya en Likasi pasamos a saludar a  Ana, la última de las madres  dominicas del hospital de Panda.
Entre Likasi y Lubumbashi paramos a ver un viejo amigo, trabajador con Magda en el hospital durante muchos años. Un matrimonio con 18 hijos de los que hace dos años vivían todos y ahora ya solo son 14. El está bastante enfermo y quizás haya sido el último encuentro. Dos de sus hijos estuvieron presentes todos los días en los trabajos más duros del vaciado de los aljibes recuperados. Edouard siempre fue un hombre muy alto y fuerte muy bien proporcionado casado con una mujer de las mismas condiciones  que procrearon una familia muy hermosa.
La entrada en Lubumbashi al atardecer tenía algo de fantasmagórico. Ya a 30 km de la ciudad comenzaba la mezcla del polvo con el humo de las fundiciones de cobre,   que  cubre la ciudad en estas semanas previas a las lluvias. A la altura del aeropuerto, cuando se contempla el panorama desde el puente que sobrevuela la vía del tren, a uno le dan ganas de darse la vuelta en busca del viento del Este que con tanta insistencia sopla en Kilela en esta estación seca.
Entramos en la ciudad en medio de un caos de tráfico inimaginable. Lo bueno es que la gente no se enerva y si se pita es siempre con suavidad. No se oyen esos claxonazos que denuncian el nerviosismo de los conductores.
A nuestro vehículo ya sabíamos que le faltaba un faro, no porque no alumbrara sino porque no lo tenía, pero no sabíamos que íbamos en medio de todo ese tráfico, sin luz porque el otro había dejado de funcionar. La caja de velocidades renqueó todo el camino para meter la segunda y fue un gran alivio vernos delante de la catedral, a cuyo lado estamos hospedados.
Esta mañana hemos ido a confirmar el viaje de vuelta a la agencia de Ethiopian y luego pasamos por la librería de San Pablo donde compramos toda una pequeña biblioteca para el hospital,  sobre temas de educación para la salud y otras cosas interesantes sobre la maternidad, la alimentación, etc. Un tesoro de 22 libros, muy adaptados al nivel existente en Kilela.
Seguimos siendo los únicos blancos que van a pie. Todo el que nos aborda por la calle nos llama Mupadiri y Sere: Padre y Hermana. Sin duda que no hemos perdido nuestro viejo aire misionero, sería imposible, pero todos saben que no hay más blancos  a pie por la ciudad, si no es un misionero/a o algo parecido. Ninguno, ni los de las ONGs.
Paseando por Lubumbashi se siente la satisfacción de comprobar que se ha reinvertido el ciclo maldito de la bajada al infierno de la miseria. La actividad económica es grande y ya se nota en ciudades como Likasi, donde el tiempo seguía parado en las más absoluta de las decadencias. Hasta en Kilela hay más camiones que llegan y varias casa se están construyendo el ladrillos cocidos. Los camiones que llegan van y vuelven con mercancías y personas. Ayer encontramos tres,  que habíamos visto salir de Kilela el día antes, averiados a medio camino. Toda una odisea para la gente que viaja en ellos.
Nuestra estancia está a punto de terminar con sus luces y sus sombras, pero las luces cubren las sombras y es hora de decir, Gracias a Dios. 

Magda  y Tino
  


viernes, 9 de septiembre de 2011

Segunda parte del viaje a Kilela Balanda

1 de septiembre
Ya estamos en septiembre. Ahora sí que es verdad que los días vuelan. Son las cinco de la mañana y todavía la noche es oscura y se puede disfrutar del cielo estrellado del trópico. Pronto se hará visible la línea del horizonte al amanecer.
Ayer se fue el Sr. Kafrigel a Likasi con su camión para comprar material. Se llevó un pen drive con nuestras impresiones de los primeros días. Esperamos que haya corriente en Likasi para que las pueda enviar. Había que ver cómo iba el camión, hasta arriba de cosas, animales y personas. Da miedo verlo ponerse en marcha. Salió a la una de la tarde y quien sabe a qué hora llegó a Likasi. Así es la vida de la gente. Siempre es más fácil viajar así que caminar 100 Km. Si vuelve hoy, mañana para desayunar podremos volver a cortar el pan en vez de serrarlo.
Esta es la semana del agua en Kilela. Cinco puntos de agua acondicionados es un regalo del cielo. Impresiona ver la cantidad de gente que utiliza ahora la fuente que mandamos acondicionar cuando estuvimos aquí con Manolo en abril. Las imágenes darán fe del hecho. Ayer vinieron de nuevo un gran grupo de hombres para preparar la piedra necesaria para recrecer las paredes del aljibe que alimentará al hospital. Todos los días al bajar hasta él veo una bomba solar funcionando. Este vientecillo tan agradable de Kilela aligera la cabeza y da lugar para los sueños.
Cuando se sueña repetidamente con algo se hace realidad. A la hora del desayuno se conecta la radiofonía que intercomunica todos los puestos de misión. Es la hora de los saludos y de los mensajes. Inesperadamente sonó el nombre de Abbé Florentino y había un mensaje para él de parte de la Sra. Lukenge, ministra provincial de la enseñanza con la que compartimos una cena en abril, para comunicar que hay 200 nuevos pupitres disponibles para Kilela Balanda y pueden ser retirados de inmediato. Es una vieja promesa en la que había dejado de creer. Si a esos 200, añadimos los 100 de Kikuyo y Ngalu, que han sido finalmente montados correctamente, seguro que estamos de acuerdo en que los sueños del amanecer pueden hacerse realidad.
Ayer pasamos la tarde reunidos con los maestros y directores. Abordamos el tema de la formación continuada y la gestión del internado de las niñas; se dieron unos pequeños pasos. Hace ya varios años un sobrino de Madga, que practicó el alpinismo por la cordillera de los Andes, pasó por Ponferrada haciendo el camino de Santiago y nos dijo que, cuando se sube, los pasos deben muy cortos y así se supera cualquier pendiente por grande que sea. El consejo vale para Ponferrada donde siempre se sube o se baja, pero sobre todo es útil aquí. Pequeños pasitos… tan milagrosos como los tres primeros de una niña o un niño. ¿No son así los pasos que hemos ido dando en Bierzo Ayuda?. Aquí dicen “Pane pane mwendo” que quiere decir caminando despacio llegarás lejos.
Ya amanece y ya sonó el carillón encima del termitero para convocar a la misa diaria. Hoy esperamos al Dr. Del BDOM para dejar sentadas las bases de la contribución de Bierzo Ayuda. El hecho de que ya se está trabajando el proyecto de abastecimiento de agua y el que las dos cisternas a instalar ya están aquí, ha contribuido a dar credibilidad a nuestra ONG ante ellos. No esperaban que fuera tan pronto. Si establecemos así unas bases de confianza será muy positivo para todos.
Son las tres de la tarde. No se puede decir que hace calor pero el día está un poco pesado y hay algunas nubes. Hemos vuelto al trabajo del agua con un grupo de hombres; al segundo aljibe a vaciar y recuperar. Es un hermoso depósito de 40 m3 totalmente estanco y en perfecto estado de conservación. Toda la prestación de obra es voluntaria y siempre terminamos con un poco de Munkoyo. Hoy hasta el párroco vino a cavar con nosotros.
Es una gran suerte que nos acompañe Olivier, un joven sacerdote Kaonde muy simpático y servicial, cuyos padres viven aquí como todos los demás y está muy interesado en todo lo que suponga una promoción para su gente. Ya se va mañana a su trabajo y lo echaremos de menos.
Ayer recuperamos la fuente que alimentaba el aljibe desde una plantación de plátanos. Es la que nosotros denominamos el manantial de Melki. Era un hombre cascarrabias que supo defender sus derechos cuando se decidió captar el manantial de su platanar. Ayer preguntamos quien es ahora el dueño de las plataneras y uno de los chicos que estaba cavando levantó la cabeza y dijo: “Soy nieto de Melki, te acuerdas de él?”.
Durante el desayuno ha habido un mensaje de Laurent para decir que una urgencia médica le obligaba a ir a Lubudi, 400 Km de Kilela Balanda, y aplazaba su venida hasta el próximo miércoles. Es otro pequeño contratiempo más en este viaje que se suma a otros varios.
3 de septiembre
Esta mañana ya no había ni pan para serrar. Ayer no llegó el camión de vuelta de Likasi.
Estamos en cuarto creciente y la luna ya suaviza los atardeceres con su tenue luz. Dentro de dos días más se habrá acabado esa oscuridad reinante entre las siete de la tarde y la hora de ir a dormir y que resulta difícil de soportar. Con la luna llena suelen sonar los tambores y los cantos de la gente en el pueblo. También aprovechan para celebrar las diferentes fiestas que jalonan su vida.
Nos hemos reunido con las mujeres para poner en marcha un programa educativo para ellas. Había 55 en la reunión y hemos quedado para la próxima semana. Ahora disponen de la sala más bonita de Kilela Balanda.
El camión vuelve hoy a Likasi y aprovechamos para enviaros algunas noticias más y dos imágenes de la fuente de Maimba ya terminada y en servicio. La inauguración oficial será mañana pero ya hoy están lavando en ella. Porqué hacer esperar a la gente hasta mañana para utilizarla. Es un hermoso lavadero con dos chorros de agua muy abundante. Hemos filmado la primera salida del agua. Ayer también construyeron la base para colocar la cisterna que irá colocada al lado del bloque quirúrgico. Hoy están con la base de la que irá al lado de la maternidad. Se ha estudiado su colocación para que puedan recoger el agua de lluvia de los tejados, tan abundante durante 4 meses. En es tiempo no será necesario bombearla desde el aljibe.
La limpieza del hospital contrasta con la suciedad que lo envuelve todo. Lo que más duele es ver los niños con ropas que nunca se lavan. Los tres lavaderos de los que van a disponer ayudarán a mejorar las condiciones de higiene.
El tema del agua ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. La semana próxima dedicaremos más horas al tema escolar, pero no abandonamos el agua porque queremos ver terminado otro lavadero y el aljibe del hospital. Duele ver a las mujeres lavar en condiciones tan precarias. Había que ver su cara de alegría cuando el agua comenzó a fluir en el lavadero de Maimba.





viernes, 2 de septiembre de 2011

Viaje a Kilela Balanda

A continuación os remitimos los partes del viaje que Tino y Magda nos han ido pasando sobre el recorrido que estan realizando por Kilela Balanda. Ya que nosotros no podemos estar con ellos este diario de Africa nos transporta a muchos kilometros de distancia y nos hace ver que lo que estamos haciendo está dando sus frutos.

Gracias a Todos.

Bierzo Ayuda.

Viaje a Kilela Balanda 26 de Agosto

De repente ha cambiado el ambiente. El viento del Este, siempre fresco en la estación seca, se ha vuelto tibio; es el anuncio de las altas temperaturas que preceden el comienzo de las lluvias en octubre. Una cierta canícula lo invade todo y hasta de noche no permite ver la hermosura del cielo estrellado.
Ya estamos en Kilela después de seis horas de ruta desde Lubumbashi. Por la carretera de Kilela, salir del coche suponía hundir los zapatos en varios centímetros de un finísimo polvo. Es blanquecino o rojizo, dependiendo de la composición del suelo. En ese polvo un hombre recogía el grano de maíz que se había vertido al suelo al desatarse el saco que transportaba en el portaequipajes de su bicicleta.
Paramos en Kamikolo y saludamos a Safira, la enfermera responsable del centro de salud. Su primera pregunta fue que tal el Dr. Manolo. El centro de salud está como en abril, dejando bastante que desear. Ella misma está esperando un bebé para dentro de un mes y dice que dará a luz en Kamikolo. A Magda le sorprendió y le preguntó quien la iba a atender en el parto: una mujer que yo he formado, fue su respuesta. Después de haber visto cómo estaba la sala de partos, uno piensa que es una mujer muy segura de sí misma.
Nos interesamos por las fuentes de agua del pueblo. Hay tres. Ya todo mundo sabe que tenemos un proyecto para acondicionar manantiales. Visitamos el que ella definió como único bueno que tenía una buena agua potable. Está a 200 m de la carretera. Bajar aquella pendiente hasta el lecho del arroyo no era tan fácil. Por ella subía un niño transportando dos bidones de 20 litros empujando una bicicleta. No se podía creer que aquel chorrito de agua, que salía de una pequeñísima charca en el fondo del arroyo, fuera el agua potable de la que hablaba la enfermera. Quizás era porque al final se concentraba en tubo de hierro todo oxidado de un metro largo y era eso lo que le daba un aire de fuente acondicionada. Sería bueno poder adjuntaros las imágenes que recogimos.
Luego paramos en Ngalu, el pueblo en el que está construida la escuela que Bierzo Ayuda subvencionó en 2008. Para tranquilidad de todos, especialmente de Manolo, el Sr. Kafrigel está montando los pupitres que encontramos amontonados en un rincón de una clase. Despacio pero caminando. Visitamos la fuente en la que se abastecen unas 900 personas. Este sí es un hermoso manantial para cuyo acondicionamiento ya han juntado bastante piedra. De paso ya hicimos un pacto y es que ellos primero arreglan el acceso y luego nosotros construimos una fuente con lavadero. Con los de Ngalu tiene que ser así: ellos delante, porque si nos adelantamos ellos no siguen.
El paisaje se ha vuelto áspero. El fuego, como cada estación seca, lo consume todo. El aspecto es desolador pero, como siempre, la vida ya repunta y los árboles visten las primeras hojas de hermosos colores. Son todo un espectáculo esos colores entre el fusia y el marrón, en medio de la sabana quemada.
Esta mañana ha estado dedicada a los manantiales de Kilela. Algo importante quedó de nuestra visita en el mes de abril porque han limpiado los dos manantiales ya acondicionados y que habían sido abandonados hace muchos años. Hoy han propuesto que el domingo después de la misa se celebre una reunión para invitar a la gente a participar en los trabajos. Ya han juntado mucha piedra para los dos manantiales nuevos. Es muy gratificante ver cómo, de no haber ninguno acondicionado en abril, la población va a pasar a tener dentro de unos días cuatro puntos de abastecimiento de agua limpia. Ya han comenzado los trabajos en la fuente de los japoneses o de Maimba, según el plano que nos hizo un hermano de Maria Ángeles y que resultó el más sencillo de los que benévolamente nos han hecho algunos entendidos. El Sr. Kafrigel piensa que en cinco días puede estar terminado. Como el optimismo hay que moderarlo esperemos que esté hecho antes de irnos.
Ahora, viendo que esto se va realizar en breve, ya estamos en un nuevo sueño pensando en el día en el que una bomba solar pueda subir el agua hasta el pueblo y evite ese trabajo tan duro de acarrear el agua a las mujeres, las niñas y los niños. Eso y machacar el grano es algo que un hombre nunca haría. Esta mañana, cuando íbamos en coche a la fuente de Maimba, subía una niña de unos 12 años empujando una bicicleta cargada con cuatro bidones de agua de 20 litros cada uno. Al ver el coche, que iba muy despacio, se quedó trabada y no podía moverse porque la carga era mucho más pesada que ella misma; si ladeaba la bicicleta el peso la arrastraría a caer encima de los bidones y de la bicicleta. Se bajó el chofer a ayudarle y luego comentaba: transporta 80 kilos y ella no pesa 20. Otros niños y niñas la seguían, algunos bien pequeños, con un bidoncito de tres o cuatro litros.
En estas semanas previas a las lluvias la gente ya abandona los pueblos para ir a preparar las tierras de cultivo y sembrar en cuanto llueva. Uno de los problemas es que, como las necesidades son tantas, suelen vender más productos de los que debieran para poder garantizar el alimento de la familia hasta la cosecha siguiente en el mes de abril. Hay que pagar la escuela, comprar ropa, medicamentos… y el dinero nunca es suficiente. Por eso preparan ahora la tierra, para sembrar rápido y poder tener las primeras mazorcas de maíz ya a finales de enero para comerlas cocidas o asadas al fuego cuando todavía están tiernas.
Un abrazo

Viaje a Kilela Balanda Domingo 28 de Agosto


El tiempo comienza a ir deprisa. Son la seis de la mañana y ya está amaneciendo. Los días son cortos y las noches largas. En realidad tienen la misma duración, pero sin electricidad la tarde noche es interminable. Ya no hay luna y la oscuridad es total a partir de las 19 h. Hay que acostarse pronto para levantarse muy temprano. Aquí, como en Lubumbashi, suena la campana a las cinco y media. Hay que decir que en Lubumbashi es la voz lúgubre del muecín la primera que invita a los musulmanes a la oración a las cinco de la mañana; media hora más tarde le siguen las campanas de cada parroquia. El campanario es un termitero sobre el que están colocadas una llanta de una rueda de vagoneta de mina y dos trozos de raíl de diferente longitud que hacen de campanas. El arte del sonido depende del campanero. Que no se ofendan los de Salamanca pero suenan mejor que la campana del reloj de la plaza Mayor, si sigue siendo la misma de hace unos diez años. Pronto sonarán para la gran celebración del domingo.
La fuente de Maimba está casi terminada. Han trabajado muy fuerte el viernes y el sábado. Creo que el constructor no fue demasiado optimista al prever cinco días para construirla. Faltan unos tubos que deben de llegar hoy en bicicleta desde Likasi. Han decidido organizar una fiesta de inauguración para el domingo día 4. Será toda una innovación que esperemos marque una senda a seguir para el resto de los poblados. Sería extraordinario si en dos años todos pudieran disponer de agua limpia y un lugar para lavar. Depende de ellos y de nosotros.
El problema del agua se plantea porque estamos en una altiplanicie a 1.550 m sobre el nivel del mar. Aquí, muy cerca, nace el río Congo al que van a parar el 100% del agua que cae en todo el país. Por eso en esta zona no hay ríos y el abastecimiento se hace en los manantiales. A 40 Km. ya se han formado varios ríos y el agua abunda todo el año. El abastecimiento para el consumo es siempre un problema, se tome el agua del río o de una manantial sin acondicionar.
Mañana tendremos un primer encuentro informativo con el hospital. Magda les hablará de la productividad del hospital en los años setenta, cuando todo dependía de ella y 5 colaboradores. Veremos qué dicen ellos de la productividad actual. Evidentemente hablamos del número de pacientes atendidos. El miércoles viene el Dr. Laurent y entonces habrá que hablar otra vez de la organización y las responsabilidades de cada uno, y se deberá decidir la bajada de las tarifas hospitalarias tal como prevé la colaboración de Bierzo Ayuda. No sabemos qué dirá el médico jefe de la zona de salud, pero sí sabemos que en la dirección provincial lo veían muy bien tal como nos lo contó el Dr. Swana.
Ha vuelto el viento fresco del Este que ha soplado insistente, aunque no demasiado fuerte durante todo el día. Es el lugar ideal para un aerogenerador durante todo el año. Estamos en uno de los bordes de la altiplanicie y el aire llega canalizado por una valle apenas perceptible, tan suaves son las pendientes.
Durante el desayuno decidimos ampliar el servicio del lavadero que tendrá dos chorros de agua laterales que servirán a la higiene personal. Después de la gran celebración de la misa, ha habido una asamblea general en la misma Iglesia con el fin de sensibilizar a la población sobre el problema del agua. Anunciarles que habría dos chorros de agua para lavarse, al lado del lavadero de la fuente de Maimba, provocó un aplauso general. Con que poco se es feliz algunas veces.
Se acordó el trabajo colectivo para esta semana: el martes vendrán los hombres del barrio Mikonkwa, el arroyo que nace casi en el hospital, para cavar dos calicatas y llenarlas de piedra con el fin de abastecer el viejo aljibe desde el que se pretende subir agua para el hospital; el miércoles son los del Kinene, el arroyo en el que nace la fuente de Maimba, los que harán lo mismo para recuperar otra fuente abandonada que abastecía otro depósito con lavadero; finalmente el jueves serán los del Lukila los que trabajarán para acondicionar un nuevo manantial; así llegaremos a cinco puntos de agua acondicionados para una población de unas 6.500 personas. Es la población que arroja el censo electoral que estaban haciendo cuando estuvimos aquí en el mes de Abril para el pueblo de Kilela. A los hombres no les parecía mal que las mujeres también trabajaran en las zanjas. Se les preguntó quienes acarrean el agua todos los días, se dieron inmediatamente por aludidos y aceptaron hacerlo ellos ante el regocijo y la risa maliciosa de las mujeres. Cuestiones de hombría.
Quedó convocada otra reunión, sólo para mujeres, el próximo viernes a las tres de la tarde. La sala destinada a la educación de mujeres ya está acondicionada con un piso de plaqueta como el del hospital. Manolo podrá confirmar que eso es algo extraordinario en este ambiente. Todo un lujo. La colaboración es grande por parte de todos.
Por la tarde los del Lukila nos han llevado hasta su manantial. Al pasar por el pueblo un aire festivo de domingo dominaba el ambiente. En un gran corro hombres y mujeres bebían Munkoyo en sus medias calabazas. Es la víspera de una boda. El padre de la chica nos invitó para la fiesta. Será mañana. Han preparado 10 bidones de Munkoyo y matado 25 pollos, además de otros preparativos. Es una chica de 17 años que estaría mejor en la escuela secundaria, pero las tradiciones mandan y ya es un logro que haya podido completar la escuela primaria. El novio es un chico joven y la chica está muy feliz. La invitación la han hecho extensiva a toda la población esta mañana en la misa. Por eso han previsto tanto Munkoyo (la cerveza autóctona hecha de harina de maíz fermentado con unas raíces que ellos conocen). Manolo tuvo ocasión de ver los preliminares de su elaboración.
Así termina esta domingo, lleno de saludos tan cariñosos por parte de tanta gente. A Magda al presentarla en la iglesia esta mañana le dijeron: “todos somos hijos tuyos”. Que mejor reconocimiento a los miles de partos hechos, a tantas noches de maternidad en la sala de partos, seguidas de tantas jornadas de hospital, en aquel tiempo en el que estaba de guardia todos los días del año.
Son las 17,45 y ya empieza a caer la tarde noche. Cenamos a las 8 y la sobremesa se prolonga todos los días en un ambiente muy agradable y acogedor, hasta las 10 de la noche. La relación es muy cordial y de verdad nos sentimos bienvenidos.
Un abrazo para todos.

Viaje a Kilela Balanda Lunes 29 de Agosto.


Ya hace 11 días que aterrizamos en Lubumbashi y empezamos a contar, no los días que nos faltan para marchar sino en los que nos quedan aquí. Sentimos el tiempo perdido en Lubumbashi al no haber dispuesto de un vehículo para venir inmediatamente. Sobre todo sentimos no poder visitar varios pueblos que estaban en la agenda. Como nunca está muy claro si lo que ocurre es lo mejor pues vamos a tomarlo como viene. Dios proveerá, decía Abraham.
A las 8 de la mañana, cuando todavía se deja sentir el frío de la noche, han venido 29 hombres para comenzar el trabajo en los manantiales. Ha sido una sorpresa porque estaba previsto comenzar mañana. Se ha hecho un trabajo increíble. Las imágenes darán fe de ello. El aljibe estaba lleno de lodo hasta la mitad. Su capacidad es de unos 30 m3 y era difícil sacarlo porque estaba compactado por el paso de los años.
El agua vuelve a salir por el tubo de la primera fuente acondicionada de Kilela. Al haber excavado dos calicatas para captar más agua, el caudal es bastante mayor. Volver a ver salir agua por ese tubo ha supuesto una gran alegría para todos y lo celebramos con dos calabazas de Munkoyo para todos.
Dos niños estaban jugando en la tierra. Jugaban a hacer un aljibe en el que por suerte también rezumaba el agua en el fondo.
Por la tarde hemos vuelto a Ngalu para comprobar si han reunido suficientes piedras para empezar los trabajos que darán comienzo esta semana. En el pueblo estaban unos agentes del PAM el programa de alimentación mundial repartiendo harina de maíz y aceite. En realidad estaban pagando a los que se han adherido a su programa de creación de estanques-piscifactorías artesanales en los que crían tilapias. La ayuda está condicionada a la creación de esos estanques familiares que ayudan a mejorar la dieta. El programa lo promueve un comité de Kaonde que viven en la ciudad y con los que tenemos contacto desde hace tres años. En 2009 contribuyeron en la construcción de la escuela de Bierzo Ayuda en Ngalu con 2.000 dólares.
Este viaje tenía como objetivo principal sentar las bases de la formación continuada de los maestros pero al final será el tema del agua el que ocupe más tiempo y tenga resultados más visibles. Entre tanto sigue la construcción de otras tres clases aquí mismo en Kilela. Ya están raseando los muros interiores.
El sistema educativo se encuentra en un estado de postración muy preocupante: Maestros con ingresos de 30 Euros mensuales, abandonados a su suerte, sin ningún tipo de control por parte de la inspección escolar y en consecuencia muy poco motivados. Las escuelas, las nuevas incluidas, sufren de un cierto abandono. Como contrapunto está el hospital que, después de su rehabilitación, presenta un estado muy aceptable de conservación. La instalación del agua contribuirá a una mayor limpieza y a una mejora de los servicios.
El personal del hospital ha aceptado muy bien la propuesta de ayuda. Hay que introducir un ligero cambio en la primera tabla. No esperaban una respuesta tan rápida de nuestra parte. Eso indica cuan acostumbrados están a las falsas promesas que tantas veces les han sido hechas y no cumplidas. Hoy han empezado a colocar la base para la primera cisterna de agua. El constructor quiere que nos llevemos las fotos de las dos cisternas colocadas.
Entre tanto los bollos de pan que trajimos de Likasi para los desayunos se han puesto duros y en vez de cortarlos hay que serrarlos. Todos reímos al oír el sonido del cuchillo de sierra que más bien parece serrar madera que cortar pan. El jueves tendremos de nuevo pan fresco ya que el contratista va a Likasi a comprar material. Dura dos días fresco y luego hay que dejarlo secar fuera del embalaje para que no se enmohezca. Ya dijeron nuestros ancestros que al hambre no hay pan duro. El resto de la comida es el normal del país: fufú, arroz, alubias, batatas, un poco de pescado ahumado del Lualaba, y de vez en cuando un poco de pollo. El agua hay que hervirla y filtrarla aunque sea del manantial. Todo normal como lo fue siempre mientras vivimos aquí. La novedad esta vez es que hay agua en el depósito y se dispone de un chorrito de agua fría para ducharse. Comer tres veces al día y disponer de agua en la ducha es un lujo único en este lugar. A nadie se le puede pasar por la cabeza quejarse. La temperatura es muy agradable. En Kilela nunca hace mucho calor gracias a este viento fresco del Este.