Proyecto Kilela Balanda (República Democrática del Congo)

Este año nuestro proyecto, es la ejecución y puesta en marcha del Hospital de Kilela Balanda en la República Democrática del Congo, para ello necesitamos tu ayuda, únete a nosotros en esta iniciativa y haz feliz a unas personas que te necesitan. ¡Sé Solidario! Llámanos al teléfono +34987400466 o envíanos un e-mail a: bierzoayuda@movistar.es

martes, 10 de septiembre de 2013

Carta de nuestra Presidenta y Diario día 23 Junio - (1ª Entrega)

Queridos  socios/as. 

Como presidenta de Bierzo Ayuda, quiero agradecer a todos nuestros socios y amigos simpatizantes su fidelidad y colaboración sobre el proyecto que estamos desarrollando en Kilela Balanda.

Quiero presentaros el diario que desde la lejanía donde fue escrito, nos hace acercarnos tanto, que casi os puedo decir que llegué a encontrarme en Kilela Balanda compartiendo la pobreza y la miseria en la que viven seres humanos. Tan humanos como nosotros y tan necesitados de nuestra ayuda.

Desde estas líneas, os invito a que dediquéis un ratito de vuestro tiempo libre para que leáis este diario con la mayor atención posible.

Está realizado desde el corazón por personas que han dedicado su tiempo y su cariño hacia los demás, sin importarles haber estado expuestos a enfermedades y a riesgos innecesarios

Un cariñoso saludo,

Loly Rodríguez
Presidenta de Bierzo Ayuda

 
 

DIARIO

Domingo 23 de junio

Aterrizamos en Addis Abeba a las 5,30 de la mañana. Es domingo y ya pesan las muchas horas desde que salimos ayer de ponferrada. Se nota el verde de  la época de lluvias, en esta tierra  reseca  donde las diferencias climáticas son muy profundas  y caprichosas. Addis Abeba se encuentra  a 2.300 m sobre el nivel del mar en el corazón del macizo Etíope  formado par una inmensa meseta que cubre casi todo el país con alturas entre los 1.500 y los 3.000 m.

A Etiopía todavía la tenemos asociada a las terribles imágenes de   la hambruna que  en 1980 provocó cerca de 1.000.000 de muertos,  cuando el país todavía no se había recuperado de la sequía anterior  al comienzo de la década de los 70  y que había ocasionado  otras 300.000 muertes en las provincias de Welo y Tigray que  precipitaron  la caída  en 1974 de Haile Selassie, aquel emperador de pacotilla que tan bien supo embaucar y seducir a gobiernos y mandatarios de los países más relevantes del mundo. El ocultó la hambruna, hasta que no pudo más, para mantener su prestigio. La historia terminó colocándole en su lugar.


El aeropuerto de Addis Abeba es un lugar de encuentro de todas las etnias africanas y del Oriente Medio.

La gran compañía aérea, Ethiopian Airlines,  cubre casi todo el continente. Se da la paradoja de que para ir de Luanda, la capital de Angola, a Kinshasa, la capital del Congo, distantes entre sí de apenas 700 Km, haya que volar unas 13 horas   pasando necesariamente   por Addis Abeba para ir de la una a la otra.   Esta es una más de las grandes carencias  que obstaculizan el desarrollo de África.


 Llegamos a Lubumbashi  a las 14,30 después de haber hecho una escala en Ndola, una ciudad fronteriza entre el Congo y Zambia, cuando lo previsto era aterrizar primero en Lubumbashi.   Apenas si distan 200 km entre sí y cuando pensábamos sobrevolar  la ciudad de Kitwe, todavía en Zambia ya estábamos bajando hacia Lubumbashi, fácilmente identificable  por la vieja chimenea  y la montaña de escoria que siempre han sido  el símbolo de la ciudad.

El desvencijado aeropuerto de Lubumbashi refleja la situación del país. Hace ya tres años que siempre encontramos las mismas obras en una pequeña terminal excesivamente descuidada. Choca la dejadez de las instalaciones y de las personas.   Como es domingo, la entrada a la ciudad  no presenta problemas de circulación.  Viajamos con Marco y Alain que han venido a buscarnos enviados por el Obispado.

En el control de equipajes a Eliseo le han incardinado en la diócesis de Lubumbashi. “Son dos misioneros” le ha dicho Alain al de la aduana que ha hecho un signo con la mano para que continuáramos hacia la salida sin abrir las maletas. Van que explotan y  abrirlas no hubiera sido difícil, el problema hubiera sido volver a cerrarlas. 

Nos alojamos en una pequeña casa Seminario  en la que viven 10 seminaristas regentada por Carlos, un misionero español de la provincia de Toledo y viejo conocido nuestro. No es como el aeropuerto de Addis Abeba pero aquí hemos encontrado chicos de Angola, Zambia y el Congo. El de Zambia está estudiando en Roma y así como quien no quiere la cosa habla sin ninguna dificultad Inglés, Francés, Español, Italiano, Portugués, Swahili y Kibemba, más su lengua familiar, además de latín y griego clásico.

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