La malnutrición
en la vida de los Kaonde
Los
Kaonde son un pueblo de 300.000 personas que viven en Zambia y en el Congo,
ocupando las cabeceras de dos grandes ríos de África, el Zambeze en Zambia y el
Congo en la RDCongo.
La
caza fue su medio de subsistencia durante siglos, pero en un espacio de tiempo
muy reducido (1960- 1.975) la práctica totalidad de los animales han
desaparecido.
Entre las muchas consecuencias de
su exterminio destaca la falta de proteínas en su alimentación.
En la zona de Kilela abundan las cabeceras de múltiples riachuelos, todos ellos tributarios del gran río Congo, en los que la pesca apenas existe dado el exiguo caudal de todo ellos. Hay que ir a 80 km, río Congo abajo, para verlo convertido en un cauce de abundante agua donde viven hipopótamos y cocodrilos.
Acabada
la caza y dada la escasez de pescado las proteínas animales han desaparecido de
la dieta de la población.
Falta de medios
Las
técnicas agrícolas son rudimentarias. Escasean las buenas semillas, y los
abonos minerales no están a su alcance por su alto precio (20 euros el saco de
30 kg de media en España y 58 Euros en
el Congo). La rentabilidad de una Ha de cultivo de maíz es 10 veces más baja.
Los lugares para la conservación
de los alimentos son muy
deficientes.
Los graneros son de palos, barro
y paja, fácilmente atacables por
los roedores e insectos.
Los períodos de carestía
En
Kilela se siembra en noviembre y se recoge en mayo. La cosecha no cubre las
necesidades alimenticias anuales de las familias. Algunas veces la enfermedad
obliga a vender alimentos que luego harán falta.
Los
meses de diciembre y enero son especialmente difíciles por la escasez de
alimentos, que coincide con la época de los trabajos más duros en el campo. A finales de enero ya disponen de maíz
fresco que ha sido sembrado antes de las lluvias en pequeños huertos al lado de
los riachuelos. Lo suelen comer asado o cocido acompañado de orugas, termitas o
pequeños roedores tan abundantes en la sabana arbolada.
Las caras de la
malnutrición
Mujeres
embarazadas.
La
desnutrición afecta a los Kaonde a partir del vientre de sus jóvenes madres,
muchas veces embarazadas y al mismo tiempo amamantando al niño o niña más
pequeña. Se repetirá a lo largo de varios años, hasta criar 7-8 hijos de
media.
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Además se ocupará de todos los trabajos domésticos y cultivará la tierra... ... siempre escasamente alimentada.
Los menores de cinco años
Los niños viven una etapa crítica después de
ser destetados, al pasar a una alimentación carente de cualquier producto
lácteo. Vivirán en peligro de contraer cualquier afección banal en sí misma
pero fatal para ellos al carecer de la fortaleza necesaria para superarla.
Han superado el período crítico
El
cansancio de la escuela
A
las siete de la mañana comienza el primer turno de clases hasta las 13h.
Ninguno de los 1.200 alumnos de las escuelas de Kilela Balanda (6-16 años) ha
tomado un desayuno.
Ese
concepto ni existe en sus cabezas. Hacia las 11 de la mañana sus caras
reflejan el lamento de sus estómagos; y
un día tras otro hay que esperar la tarde para poder calmarlo con la única
comida diaria. Rara vez un niño dirá que tiene hambre. Sabe muy bien que hay
que esperar la comida de la familia de cada día.
El
ciclista de la escasez
En las horas tempranas, cuando rompe el día,
empiezan a pasar algunos hombres en bicicletas destartaladas, sin guardabarros
ni frenos, con cubiertas neumáticas desgastadas o con agujeros reparados con un
trozo de otra cubierta colocado en el
interior. Cargan fácilmente 80 kg de varios productos: maíz, alubias, patatas
para ir a venderlos a Likasi (90 km). Otros viajan transportando pollos vivos o
cabras.
El precio máximo de sus productos en la
ciudad no pasará de 60€ con los que comprará un poco de aceite, pescado salado,
alguna pieza para su bicicleta y poco más. El viaje de ida y vuelta será de
tres días como mínimo. En algunos tramos de la pista el desnivel es tan fuerte
que deben ayudarse unos a otros a empujar sus bicicletas.
En Kilela los escasos comerciantes que llegan
de la ciudad le habrían pagado sólo 20€ y le habrían vendido lo que ha comprado
al doble se du precio.
Bierzo
Ayuda
En este contexto Bierzo Ayuda se ha implicado
todavía un poco más en su compromiso con el
hospital de Kilela Balanda incrementando su colaboración con el hospital
en 300 Euros más, mensualmente,
destinados a la alimentación de los enfermos.
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