Viernes 14 de
septiembre
Hoy es el día
del Cristo en Bembibre, Villafranca, Villar de los Barrios y también en
Benavides de Órbigo. Recuerdo la canción que tantas veces cantamos aquí, en
aquellos años en los que tanto empeño pusimos trabajando entre los Kaonde, con
mi compañero de entonces, Lito, que es de Benavides: “Fui al Cristo y
enamoreime………”.
El año pasado
en estos días abandonamos Kilela para volver a Ponferrada; ahora acabo de
llegar para quedarme hasta el día 1 de
octubre. Llegamos ayer a las 15,30 después de un largo viaje. Habíamos salido de
Lubumbashi antes de amanecer, justo
cuando la campana de la catedral y el muecín llamaban a los fieles a dos
lugares bien distintos para rezar. A esa hora el aire es fresco y la carretera
está vacía hasta Likasi. Allí compramos el último pan fresco y pusimos rumbo a
Kilela por una pista polvorienta pero con menos baches que en el mes de Abril.
Dos días
antes hubo una gran tormenta a lo largo de muchos kilómetros y había aplastado
el polvo. Encontramos un camión que llevaba dos días atascado en un bache muy
profundo, lleno de polvo antes de la lluvia y después una trampa pegadiza para
un chofer sin experiencia en esta pista. En las zonas en las que no había
llovido íbamos dejando una nube de polvo indescriptible.
Paramos unas
cuantas veces para añadir agua al
radiador del coche, algo muy frecuente con los viejos coches de África. Cuando
bajábamos miraba los neumáticos y pensaba que era mejor no pensar: dos en
diagonal estaban muy bien y dos en la otra diagonal totalmente lisos; algo
también muy frecuente en estos caminos.
Ya en Addis
Abeba cuando subimos al avión para Lubumbashi miré las dos ruedas delanteras,
no es una manía, y una estaba perfecta y
la otra como la del coche de Kafrigel;
lo había visto en el aeropuerto de Lubumbashi cuando me fui en abril.
Eso quiere decir que no es casual y que es mejor creer en los ángeles que me
ayudaron a la llegada el lunes en Lubumbashi.
Hoy hemos
pasado en revista los trabajos que se están llevando a cabo en el internado de
chicos. Me cuesta creer lo que estoy
viendo. Será magnífico. ¿Quién hubiera podido imaginar que el internado de
chicos de Kilela tendría el suelo de plaqueta un techo blanco en todo el
edificio? Se acabó la desolación que había dejado tras de sí la compañía de militares que lo ocupó de 2000 a 2002. No sería justo si no escribo aquí gracias
a Manos Unidas que nos acompañaron
el mes de abril para verlo y decidir financiar su rehabilitación; ya será
operativo en octubre.
Decidimos
también donde situar la nueva cisterna que Bierzo Ayuda va a instalar para
recoger más agua de la lluvia para el hospital. Serán ya tres con una capacidad
total de 15.000 litros .
Mañana empiezan a construir la base de piedra para colocarla. También
decidieron donde construir dos clases nuevas que subvenciona el IRC
(International Rescue Committee). Así habremos sumado 11 nuevas clases en
Kilela mismo los dos últimos años. En
toda la zona ya suman 34.
Domingo 16 de
septiembre
Ha habido un
día precioso; el cielo está claro y el viento se ha llevado la canícula
brumosa de estos días que hasta de noche
impide ver este cielo enamoradizo del trópico. Hoy la misa dio comienzo a las 8
de la mañana. Los días de semana es a las 6h, justo al amanecer. La celebración
ha durado, como todos los domingos, casi tres horas.
En esta época
hay poca gente en el pueblo. Ayer por la tarde lo hemos recorrido saludando
a los pocos que encontramos. Quería ver
los seis pozos excavados a mano en los que algunas familias se abastecen de agua.
Uno de ellos tiene 12m de profundidad por uno de ancho. En el primero pidieron
una polea para sacar los cubos llenos. Le prometimos regalársela, con una
cuerda gruesa, si construye un brocal que impida la entrada del agua de lluvia
y los arrastres que ocasiona la utilización del mismo pozo. Se la ofrecimos a
los otros cinco con la misma condición. Es una manera de estimular esta
solución para el abastecimiento de agua de las familias. En Kilela hay varias
fuentes acondicionadas pero todas están a unos 750 metros de distancia
de las viviendas. El acarreo diario del
agua supone mucho tiempo y más esfuerzo para las mujeres y las niñas y los
niños. Veremos el resultado el próximo sábado cuando pasemos de nuevo por sus casas.
La verdad es
que el problema de su agua tanto en el hospital como en sus
familias nos preocupa más a nosotros que a ellos mismos. Es el fruto de no
haberla tenido nunca. ¿Cómo echar en falta aquello que no conoces? Eso ocurre con el agua y con todo lo que
concierne a la higiene. Será necesario un largo trabajo de educación para la
salud del que tantas veces hemos hablado en Bierzo Ayuda y que aquí tarda en
materializarse. El factor tiempo juega siempre un papel determinante en los
temas de desarrollo. Lo importante es no perder la paciencia y no dejar de
caminar hacia el objetivo marcado.
Está cayendo
la tarde y las sombras ya son muy alargadas; dentro de una hora ya será de
noche; la noche es tan oscura hasta que
no vuelva la luna… Eso será ya para el final de mi estancia aquí. Hace tres
días que he llegado y tengo de nuevo la sensación de no haberme ido nunca.
Siempre me acogen tan bien y agradecen tanto que no se les olvide.
Hoy ha
llegado de nuevo el camión con una carga de arena. No sé si se va esta noche o
mañana por la mañana. Por eso quiero darles ahora el pincho para que alguien en
Likasi os haga llegar el contenido. La gente os recuerda a todos por vuestro
nombre.
Me va bien en
todos los aspectos; mejor de lo que preveía. Sí, estoy bien y, una vez más,
está valiendo la pena hacer este viaje
interminable entre Ponferrada y Kilela Balanda. Tenemos comida, agua corriente,
aunque con sus dificultades, un panel
solar nos permite alumbrar las largas tarde-noches del trópico y recargar el ordenador
para trabajar un poco con él. Se puede pedir mucho más pero esto ya es todo un
lujo del que sólo disfrutamos algunos afortunados.
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